viernes. 26.04.2024

El cultivo de la almendra ha estado siempre vinculado a la isla de Mallorca, ocupando una importante superficie de hectáreas de cultivo en el territorio insular, si bien la evolución del cultivo durante la historia ha sido desigual según las circunstancias. En los últimos años hemos visto una reducción de la superficie de cultivo de un 50% debido a la aparición de la Xylella Fastidiosa.

 

La anualidad 2020 de comercialización de almendra Indicación Geográfica Protegida Ametlla de Mallorca, en su presentación cruda sin piel, deja un incremento de un 20%, pero una reducción del 21% del valor de la producción comercializada.

 

Las almendras con el sello de la IGP Ametlla de Mallorca se comercializan en envases de 25 kilos, de un kilo y de 250 gramos para consumo en boca y destinado al consumidor final. Debido a sus características y propiedades organolépticas se trata de un producto especialmente consumido en canal Horeca y panaderías, por ello la mayor parte de la almendra IGP se ha comercializado en envases de 25 kilos.

 

Por otro lado, el precio medio de venta de la almendra cruda IGP se ha reducido en dicha anualidad desde 10,74 €/kg en 2019 a 8,44€/kg en 2020, lo que supone una rebaja del 21,4%. Esta bajada de precio se ha debido a las consecuencias de la situación creada a raíz de la COVID- 19 y al cierre del canal Horeca. A causa a esta depreciación, el valor total de los productos comercializados ha bajado un 6,5% con respecto al año anterior.

 

Todo lo anterior pone de manifiesto la necesidad del Plan de Reestructuración de Frutos Secos en Mallorca. Este plan tiene entre sus objetivos ampliar la superficie y producción de almendra y algarroba, la contención de la Xylella y el cultivo de nuevas plantaciones para adaptarlas al cambio climático.

 

Es indudable la contribución del almendro al paisaje característico de Mallorca, por este motivo el mantenimiento de este cultivo como elemento paisajístico es fundamental. No obstante, es necesario una serie de cambios. Entre ellos destaca la sustitución de prácticas culturales tradicionales por otras de mayor innovación con el objetivo de incrementar la rentabilidad de las explotaciones, ya que sin sostenibilidad económica no existe la sostenibilidad medioambiental.

 

La revalorización del producto se basa en la existencia de un mercado interno y externo que demanda almendra mallorquina por sus peculiares características químicas y organolépticas y su gran calidad. Dicha valorización requiere de la IGP para que el consumidor pueda identificar dichas características y mejorar la calidad de la almendra en todos los procesos que interviene en la cadena agroalimentaria, realizando un seguimiento des de la fase de producción hasta llegar al consumidor final que permita garantizar dicha calidad. 

 

El producto que protege la I.G.P. es el fruto del almendro (Prunus amygdalus) tradicional de la isla de Mallorca, destinado al consumo humano y que se presenta crudo o tostado, con o sin piel. Comprende un conjunto de variedades y ecotipos perfectamente adaptadas a las condiciones edafoclimáticas de Mallorca, presentando diferencias morfológicas y fisiológicas consecuencia del medio donde se desarrolla, por ello reciben el sobrenombre de “de Mallorca” o “Mallorquina”.

 

Su elevado contenido lipídico procede de los ácidos oleico y linoleico suponiendo más del 88% del su contenido.  Dichos ácidos grasos presentan un bajo punto de fusión, inferior a los 15ºC y hacen que se licuen durante la masticación. Ambos factores determinan la untuosidad e intensidad aromática característica de la almendra de Mallorca, aspectos en los que se basa la reputación del producto.

 

La Indicación Geográfica Protegida Ametlla de Mallorca cuenta con 236 productores inscritos, todos ellos activos. La superficie de cultivo total asciende a 3.590,27 hectáreas.

La comercialización de almendra de Mallorca se dispara un 20% a la vez que baja su...