viernes. 26.04.2024

Antonio Garamendi ha logrado una amplia mayoría y seguirá cuatro años más al frente de la patronal CEOE tras un mandato marcado por una pandemia en el que, no sin críticas internas, ha defendido la "valentía" de cerrar acuerdos que han protegido a las empresas del país.

Garamendi (1958, Getxo, Bizkaia) llegó a la presidencia de la CEOE en 2018 tras una derrota cuatro años antes frente a Juan Rosell, del que tomó finalmente el relevo para liderar a los empresarios poco antes de que Pedro Sánchez formara Gobierno junto a Podemos, lo que llevó a Yolanda Díaz a ser nueva ministra de Trabajo.
 

Garamendi, que antes había liderado Cepyme, apostó siempre por la "moderación" y subrayó en todo momento que la CEOE trabajaría con "independencia, sentido de Estado y lealtad institucional".
 

Unas palabras que volvió a invocar, entre lágrimas, en una junta de la CEOE tras unas declaraciones sobre los indultos a los líderes independentistas catalanes que le acarrearon numerosas críticas internas y externas, entre ellas, las del entonces líder del PP Pablo Casado.

En esa junta, Garamendi se emocionó al recibir el aplauso de los asistentes tras unas semanas complicadas que marcaron un punto de inflexión en un mandato en el que internamente se ha cuestionado desde algunas organizaciones su sintonía con el Gobierno de coalición y, especialmente, con Díaz.
 

De carácter extrovertido y accesible, de maneras llanas y directas, el líder de la CEOE defiende sus posiciones con firmeza, aunque con la flexibilidad de quien considera la negociación colectiva y el diálogo social instrumentos fundamentales para la regulación del mercado laboral.

En plena crisis por la pandemia del coronavirus, selló relevantes acuerdos para abordar medidas de urgencia como la aplicación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que sostuvieron a las empresas y a los trabajadores en los peores momentos.
 

"La valentía es llegar a acuerdos", subrayaba en una reciente entrevista con EFE en la que reconocía que no siempre fue fácil, porque los quince pactos alcanzados con el Gobierno se dieron en momentos complicados, demostrando "la responsabilidad social" de la CEOE.
 

También respaldó al frente de la CEOE el primer bloque de la reforma de pensiones y la reforma laboral, un tema complejo y, en cuya votación interna, mostraron recelos la agraria Asaja o la de automóviles Anfac.

En ese contexto, y tras descartarse varios nombres que sonaron como oposición, el 8 de noviembre surgió la candidatura de Virginia Guinda, vicepresidenta de Foment del Treball, organización que, según señalan distintas fuentes, ha estado desde el inicio detrás de visibilizar la oposición a Garamendi.
 

Guinda ha defendido en su campaña una CEOE "más coral y transparente" y los 87 votos recibidos a su candidatura han canalizado un cierto descontento existente.
 

En los últimos meses la patronal ha dejado pendientes algunos temas como la negociación del acuerdo salarial marco para los convenios colectivos o el diálogo tripartito en torno al estatuto del becario, asuntos que podría retomar tras ser reelegido.
 

Aunque su relación con Díaz es buena, Garamendi ha endurecido su tono contra el Gobierno en las últimas semanas mientras que ha tenido palabras de elogio al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo.
 

Como grandes hitos dentro de la CEOE, Garamendi ha mostrado su orgullo por la mayor transparencia conseguida y por la modernización llevada a cabo en estos cuatro años, dando cabida a todos: "Los grandes, los medianos, los pequeños y también los autónomos".

Garamendi, el defensor del acuerdo