Ramon Vidal ha sido el máximo responsable del Palau de Congressos en Palma desde su apertura. Hace poco que ha asumido el cargo de Director del Centro de Operaciones de Meliá Hotels en Palma. Con Vidal analizamos el presente y el futuro del turismo MICE.
-Hace escasos días que se ha incorporado a su nuevo cargo dentro de la que siente ya como si fuera su casa, MELIÁ. ¿Qué nos puede avanzar de este nuevo proyecto?
-La reapertura del complejo del Palau de Congressos de Catalunya y el Hotel Juan Carlos I, ahora Gran Meliá Miranda de Pedralbes tiene una relevancia extraordinaria para el turismo MICE y de lujo en Barcelona. Después de estos últimos años sin actividad, renace un producto totalmente renovado y convertido en un destino en sí por la gran oferta interna de servicios de gran calidad e interés tanto para los que se alojan como para los propios ciudadanos de Barcelona. Un oasis urbano desde donde divisar toda la ciudad.
-Madrid, Mallorca, Barcelona… Sin duda tres grandes ciudades para la recepción de turismo de Congresos en nuestro país. ¿En qué punto considera que se encuentra el sector y que predicciones nos podría avanzar?
-Madrid y Barcelona han ocupado desde hace años una posición privilegiada dentro del top 10 en el panorama mundial de eventos, en el cierre de 2022 ya prácticamente ambas ciudades habían recuperado las cifras de 2019, en el caso de Barcelona ocupando el puesto número 1 a nivel mundial en número de congresos celebrados y el puesto número 5 por número de asistentes con casi mil millones de impacto económico en la ciudad. Mallorca como todos conocen, ganando año tras año reconocimiento internacional y haciéndose un hueco dentro de los mejores destinos europeos del sector mice. Contra pronóstico de los más pesimistas el segmento ha arrancado con más fuerza que nunca a nivel mundial.
-Sin duda la división de eventos y congresos de Meliá Hotels Internacional supone para la compañía una gran apuesta y una actualización constante para atraer a los organizadores de Congresos a los destinos en los que la compañía cuenta con venues para la realización de eventos. ¿Qué papel juegan los destinos para conseguir o no un congreso?
-Este segmento de turismo, que es una industria en sí misma, necesita más que ningún otro segmento la involucración de los diversos actores de la sociedad; empresas privadas, organismos públicos, universidad, cámaras de comercio etc… La seguridad, la conectividad, la oferta cultural y la oferta complementaria de ocio juegan un papel determinante para la consolidación como destino de reuniones y eventos. Por parte de Meliá, la apuesta por este segmento desde hace años es clara por el altísimo impacto positivo que tiene en el destino no sólo desde el punto de vista económico sino también como motor del desarrollo social.
-Volvemos a encontrarnos ante un proyecto que combina la dirección y gestión de hotel y centro de congresos, una situación parecida a la que se encontró hace siete años con el Palau de Congressos de Palma y el Hotel Meliá Palma Bay. ¿Ha sido difícil abandonar la isla?
-El binomio Hotel y Palacio de Congresos sin duda es un producto muy atractivo y diferenciador, se complementan muy bien, reducen costes de desplazamientos para los clientes y facilitan enormemente el desarrollo de los eventos. Es sin duda una apuesta ganadora. Palma tiene además la posibilidad a muy pocos kilómetros de una gran oferta alojativa lo que permite crear propuestas de movilidad sostenible para el evento y esto es una gran ventaja competitiva.
Personalmente he vivido estos últimos años con gran intensidad, siempre con la seguridad que estábamos trabajando en un proyecto transformador y de enorme futuro, por la propia estructura y ubicación del Palau y por tantos atractivos y valores diferenciales de Mallorca. Vivir en el día a día los buenos resultados del trabajo de tanta gente es realmente gratificante.
-Echando la vista atrás. ¿Cómo recuerda su llegada a Mallorca para poner en marcha un proyecto que no contaba, en ese momento, con el apoyo de muchas personas?
-Como todos los grandes proyectos siempre existe polémica y ruido y más en este caso con los inconvenientes y retrasos que generó la crisis del 2009, en estos casos es importante aislarse y centrarse en tantísimas personas, empresas e instituciones que empujamos en la misma dirección, como he dicho antes el resultado ha sido extraordinario y es lo que me queda de esta primera etapa, un camino no fácil pero maravilloso.
-¿Se ha conseguido el objetivo de posicionar Mallorca como destino MICE?
-Mallorca ha tenido desde hace décadas un reconocimiento sobre todo para el turismo de incentivos y reuniones de pequeño formato, la apertura del Palau ha sido clave para dar entrada a los grandes eventos y a la internacionalización. A día de hoy somos muy conocidos y envidiados por muchos destinos de Europa que compiten para ganarse a esta industria del mice. Sin duda la clave es seguir trabajando de manera conjunta instituciones y empresas en promoción inteligente, en mejorar la calidad de los servicios complementarios y mantener y a ser posible mejorar la conectividad de la isla.
-De Mallorca a Barcelona, pero siempre ciudades que tengan mar. ¿Qué papel juega este en su día a día?
-Los que me conocen bien saben que es muy importante, nací en una casa a 20 metros del mar en la costa de Galicia, soy de familia de marinos de generaciones y aunque he estado en cada momento donde tenía que estar por necesidades del trabajo, ahora se me haría complicado separarme de este maravilloso mediterraneo, sigo manteniendo mi residencia en Palma que me aporta gran felicidad.
