Ante la reciente convocatoria de huelga planteada en el Ferrocarril de Sóller, la Dirección de la empresa desea abordar algunas afirmaciones erróneas y brindar una visión precisa de la situación.
En primer lugar, la empresa asegura que no se ha llevado a cabo ningún aumento en las tarifas, las cuales se mantienen inalteradas desde el año 2022. En cuanto a la seguridad y el Reglamento de Circulación, es importante destacar que estos aspectos están debidamente registrados y bajo la supervisión de la Dirección General de Transportes desde el año 2015, por ello, la seguridad de nuestros usuarios está garantizada.
En relación con el convenio colectivo vigente en el Ferrocarril de Sóller, se desea destacar su carácter avanzado y equitativo en términos económicos y sociales. En este sentido ponen algunos ejemplos como una jornada laboral de 7 horas con un período de descanso de media hora incluido en la jornada, 15 pagas anuales para todos los trabajadores o salarios base con un promedio de 1.750€.
Los trabajadores también disfrutan de 28 días laborables de vacaciones al año y se les garantiza ocupación de siete meses para los fijos discontinuos, (en comparación con otros sectores como la hostelería, que cuenta con seis).
Además hay un plan de pensiones para todos los trabajadores, en el que la empresa aporta el 3% del salario más antigüedad
La Dirección ha trabajado arduamente para presentar una oferta atractiva en el contexto de las negociaciones. La propuesta actual contempla un aumento del 11,5% para todos los trabajadores en un período de tres años, sumándose al aumento del 3,5% ya efectuado en 2022, lo que totaliza un incremento del 15% en cuatro años. Este aumento es significativamente superior a los convenios de otras empresas en las Islas Baleares.
En cuanto a la antigüedad, nudo gordiano de esta negociación, pretender como solución, que todos cuenten con la misma antigüedad que cuentan los más antiguos, es poner en peligro la viabilidad de la empresa, y, por tanto, el empleo. Así lo han entendido los sindicatos CCOO y UGT, entre otros, cuando en los principales convenios, - hostelería, comercio, metal, construcción, etc.- ha desaparecido la antigüedad.
La empresa, consciente de que el convenio no pasará la revisión de legalidad necesaria para ser homologado, lo ha dejado claro y no puede firmar ningún convenio que no dé solución al problema, ya que se ha realizado un esfuerzo con una oferta para estos trabajadores (76 en total), de un 6% en tres años que, sumado al 15% anterior, alcanza un 21%.
Con el objetivo de que estos trabajadores, y los que entren en el futuro, será una realidad lo de “a igual trabajo, igual salario”, se están respetando los derechos de los más antiguos. Plantear aumentos del 40% no tiene hoy cabida alguna.
Es importante destacar que las propuestas de la Dirección han sido abordadas de manera individual por el Comité, ya que cada organización sindical (UGT y CCOO) tiene sus propias perspectivas. Además, desde la dirección se es consciente de que 28 trabajadores, un 25% de la plantilla, han optado por buscar asesoramiento legal y presentar demandas contra la empresa, específicamente sobre la cuestión de la antigüedad.
La Dirección respeta el derecho de los trabajadores a buscar tutela judicial efectiva y responderá en la instancia judicial correspondiente, pero no se pueden asumir costes que pongan en peligro la estabilidad de la empresa.
En cuanto a los trabajadores fijos discontinuos, (un 25% de la plantilla, ya que los demás son fijos), cuentan con la garantía de ocupación más alta de la CCAA, siete meses, y pretender, como se ha propuesto, elevar la garantía de los más antiguos a costa de los más nuevos, es muy insolidario, siendo las consecuencias de futuro las mismas que hoy estamos viendo respecto al tema de la antigüedad.
La Dirección reconoce y respeta el derecho de huelga como un derecho constitucional dentro de la legalidad. Sin embargo, surge una preocupación legítima respecto a si este derecho se está ejerciendo de manera adecuada y legal. La principal prioridad de la Dirección es salvaguardar los empleos de todos los trabajadores, garantizar el bienestar de los accionistas y reconocer el papel crucial que el Ferrocarril de Sóller S.A. desempeña como motor económico en Sóller y sus alrededores.
Por tanto, este momento, la empresa hace una llamada a la responsabilidad y al diálogo por parte del Comité de empresa y los trabajadores.
