miércoles. 24.04.2024

Las empresas tienen que enfrentarse, de cada vez más, a mayores exigencias en rentabilidad, calidad y tecnología y que, a la vez estas se traduzcan en una contribución a la sostenibilidad. En este sentido, un sistema de gestión eficiente le puede ayudar a convertir esas presiones en una ventaja competitiva.

Para ello no basta con aplicar esta eficiencia sino también demostrarlo y que se le reconozca a la empresa. Para ello está el hecho de conseguir el certificado ISO 9001 destinada a otorgar un reconocimiento por el  Sistema de Gestión de la Calidad (SGC). Para acceder a este certificado la empresa debe tener un modelo de gestión que permite asegurar de manera consistente la mejora del desempeño y la eficacia de las organizaciones, a partir de la planificación, control y mejora de sus procesos, y con base en el cumplimiento de los requisitos del producto/servicio, la satisfacción de los clientes, y la mejora continua.

La importancia de la aplicación de la norma ISO 9001 radica principalmente en tres puntos: la confianza de los clientes y la diferenciación de la marca, el aumento de estabilidad en el desarrollo y el fomento de la participación y liderazgo de los trabajadores de la empresa u organización.

Cuando los sistemas de gestión de la calidad son implementados y gestionados adecuadamente, pueden ayudar a las organizaciones a aumentar el grado de satisfacción de los clientes, porque los objetivos que se establecen toman en cuenta las necesidades y expectativas de éstos y las organizaciones orientan todo su esfuerzo en presentar productos o servicios que cumplan con los reglamentos aplicables y que satisfagan los requerimientos y solicitudes que el cliente pueda tener o necesitar en el futuro.

Todo esto genera confianza y diferenciación de la marca, asegura la preferencia de los clientes por la empresa y garantiza la permanencia en los mercados a largo plazo.

Conseguir la ISO 9001: 2015 será posible si el sistema de gestión implantado en la empresa cumple con los requisitos establecidos por la misma. El sistema ISO 9001 deberá ser auditado periódicamente para asegurarse que el sistema de calidad está implantado adecuadamente y es conocido por el personal de la empresa.

El auditor, que deba conseguir la certificación de calidad, debe estar formada en calidad y puede pertenecer a la propia empresa (Auditor Interno ISO 9001) o ser subcontratado (Auditor Externo).

La consultoria ISO 9001 escogida, llevará a cabo la auditoría para conseguir la certificación de calidad ISO 9001, revisando el Sistema de Gestión de Calidad de la empresa/organización y comprobando que cumple con los requisitos de la Norma ISO 9001, anotando las posibles No conformidades de la Norma que deben corregirse.

A la hora de intentar conseguir este certificado deberemos seguir una serie de paso. Para la implantación del sistema de calidad basado en la ISO 9001, se debe contar con un equipo o persona encargada de la calidad, que debe velar por la elaboración y seguimiento de los planes de trabajo, determinar las necesidades de capacitación, motivar al personal a través de una adecuada comunicación interna, así como medir e impulsar la mejora continua del sistema, entre otras funciones.

En la primera etapa se determina la situación actual de la organización, normalmente se sugiere sea a través de la realización de una auditoría diagnóstico, la cual nos dará las bases de cómo está el establecimiento en relación a la norma y hacia dónde ir, permitiendo definir los objetivos y alcance para el sistema de gestión de la calidad.

En esta etapa es importante hacer un análisis del contexto de la organización, así como establecer las necesidades y expectativas de las partes interesadas. Dicho diagnóstico puede ser ejecutado a través de personal interno, si se cuenta con la experiencia y conocimiento necesario, o con la ayuda de consultores expertos.

Seguidamente, se procede con la identificación de las actividades de la organización y la descripción de cada proceso, los actuales y los necesarios para el sistema de gestión de la calidad, describiendo las características de los procesos: quién es el dueño,  quiénes participan en el proceso y quién es el cliente; propósito, alcance, indicadores y metas.

Se identifican las entradas, las salidas, qué actividades forman el proceso, los recursos necesarios, los riesgos y oportunidades asociadas, mecanismos de control, así como las necesidades de documentación y sus interacciones con otros procesos.

Una vez desarrollado y estructurado todo lo anterior, se pone en marcha la etapa de implantación,  donde se despliegan los elementos del sistema de gestión y se realiza el seguimiento, medición,  análisis y evaluación  de cada uno de los procesos identificados, buscando siempre las oportunidades de mejora de la efectividad de cada proceso.  

Finalizado el plan de implantación, se deben realizar periódicamente auditorías internas, para ver cómo está funcionando el sistema  y detectar posibles fallas y oportunidades que permitan el crecimiento del mismo. Los resultados de las auditorías internas deben ser revisados por la dirección y se deben establecer las acciones correctivas necesarias para solucionar los desvíos detectados.

Implementar un sistema de calidad no implica necesariamente la certificación. Sin embargo, si la empresa quiere hacerlo, este proceso implica una auditoría oficial por un ente certificador, al cual, luego de las etapas anteriormente descritas se debe contactar para hacer la solicitud formal e iniciar el proceso de certificación.

Como conseguir el certificado de calidad ISO 9001