viernes. 26.04.2024

 

Desafortunadamente pocos comercios en Palma pueden decir con orgullo que cuentan con una historia de más de 80 años a sus espaldas. La Elegancia, una tienda especializada en calzado en la Calle Sindicat es uno de estos comercios emblemáticos, históricos que hace poco ha alzanzado esta edad después de que hayan pasado por su puerta hasta cuatro generaciones diferentes. Desde Economiademallorca hablamos con su actual propietario Toni Fuster.

 

-¿Cómo sobrevive un pequeño comercio 80 años?

-A base de tesón, lucha y dedicación. Pero sobre todo hay un factor clave, el hecho de poder estar al servicio de tus clientes y ofrecerles aquello que no encuentran en otros sitios. También añadiría dos factores más: el buscar productos diferentes que estén a la última y poner la ilusión cada día en levantar la barrera de la tienda.

 

-¿Qué importancia tiene la familia en un comercio tradicional?

-Muchísima. En la calle Sindicat y en muchos lugares de Palma hemos vivido una transformación de los comercios marcada por la falta de un relevo generacional. Antes se veia el hecho de tener un portal comercial abierto como sínónimo de trabajo estable y de una vida digna y hasta cierto punto acomodada. Ser comerciante tenia prestigio y buena imagen. Aquellos tiempos han pasado y hoy ser comerciante significa mucho más sacrificio, más horas de dedicación y enormes esfuerzos para ser competitivos. De hecho en mi caso, no tengo garantizado que mis hijos continúen con el negocio.

 

-¿Qué buscan sus clientes en un comercio pequeño?

-Buscan productos diferentes. Vivimos en una sociedad en la que todo parece igual. En las grandes superficies todo es así. Nuestros clientes quieren cosas particulares que son más difíciles de encontrar y a las que dan valor especial.

 

-¿Y si hablamos de calzado?

-Valoran el producto tradicional. Valoran las marcas. Valoran la confianza y responsabilidad que el comerciante asume recomendando una marca determinada. Los extranjeros valoran el calzado llamativo y diferente que no suele estar presente en las grandes superficies.

El mallorquín quiere un zapato de calidad, que sea confortable y con garantía de buen rendimiento. Siempre nos ha funcionado el zapato clásico tipo mocasín que antes se llevaba para ir elegante y hoy es una pieza del día a día. La lástima es haber perdido tanto por el camino. Ya no se hace el trenzado mallorquín. Hay tantas buenas fábricas que han cerrado en Mallorca.

 

-¿Y cuando hablamos de precios?

-Los precios de las buenas marcas de calzado son los mismos en los pequeños comercios que en las grandes superficies. Hay que romper este mito.

 

-¿Cómo ve el futuro del comercio en Palma y en Mallorca?

-Yo que llevo en la sangre el pequeño comercio pienso que tiene que haber una apuesta política real para definir que tipo de ciudad queremos desde una perspectiva comercial. Hay que diferenciarse en productos y tipos de comercio del resto. Si vamos al modelo franquicia tendremos calles con la misma imagen que otras ciudades europeas.

Hay que estar más cerca del pequeño comercio con promoción, con protección de los comercios históricos, con más información a los clientes y a los turistas. Los comerciantes por nuestra parte debemos poner de nuestro lado con horarios adecuados y flexibles pero también en igualdad de condiciones con las grandes superficies. Hay que solucionar las aperturas en domingo que para nosotros son un problema muy grave.

 

"Hay que romper el mito, las buenas marcas tienen el mismo precio en los pequeños...