miércoles. 08.05.2024

Con cerca de un millón de profesionales sanitarios —según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), constituido en su 66% por médicos y enfermeros—, el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud sitúa España en el punto de mira. Por debajo de la media europea en materia de eficacia, inversión y personal, los trabajadores no sólo se exponen a los riesgos propios de su sector. Sino también mentales y legales.

 

Un oficio donde la seguridad es bidireccional

Aunque tanto enfermeros como pacientes tienen la opción de denunciar irregularidades sanitarias a través del Consejo General de Enfermería (CGE), el profesional sanitario se expone a múltiples riesgos. Si bien en cuanto a salud —exposición a enfermedad y violencia— y mental —del estrés a la depresión— existen algunos escudos, nada es resulta de más utilidad que un seguro responsabilidad civil para profesionales sanitarios.

Protegiendo al trabajador de todo tipo de riesgos laborales, un blindaje que es preciso incluir en el paquete de protección del profesional sanitario. Un perfil donde los peligros laborales pueden deberse a los problemas que enfrenta en su día a día. Desde una irrisoria recompensa económica por un trabajo cuyo salario es mayor en el extranjero, hasta los abusos horario, las deficiencias del sistema y el fallo de la propia resiliencia.

Un personal escaso y hasta el cuello

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 se registró un total de 923.207 profesionales sanitarios colegiados en España. En su mayor conjunto, enfermeros (35,8%) y médicos (30,7%), cuya cifra aumentó en un 2,8% y un 1,8%, respectivamente, frente al año anterior. En especial, a causa de la fuerte demanda de personal sanitario durante la pandemia, aunque el sistema sanitario precisa de aún más profesionales.

Y es que, como ya advirtió el Consejo General de Enfermería (CGE) en septiembre, España precisa cerca de 95.000 enfermeras para alcanzar la media europea. Situada en 822 profesionales por cada 100.000 habitantes, de los que España sólo reúne 572. Además, frente a un sistema sanitario cuya eficacia e inversión también catean por debajo de la media, según el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud.

En 2020, sin embargo, la demanda de personal sanitario no pudo evitar la escandalosa fuga de profesionales que sufre España. Forzados a emigrar o incluso a cambiar de oficio cuando la salida no es factible para huir de la precariedad y el abuso, resistiendo unos horarios imposibles por los que en otros países su sueldo se duplicaría o triplicaría. Y, por ello, bajo duras cargas emocionales que afectan a su desempeño en el trabajo.

 

Cuidar de quienes cuidan: la salud mental del personal sanitario

Según anunció la Organización Mundial de la Salud (OMS) en octubre de 2021, las altas exigencias para afrontar la pandemia causaron un incremento de la ansiedad y de la depresión entre el personal sanitario. Con hasta el 43% de los médicos y enfermeros experimentándolo de un modo severo, un 40% en el umbral del estrés postraumático o un 13% con pensamientos suicidas entre los profesionales de cuidados intensivos.

Emociones que deben soportarse en un trabajo de muchísima presión —lo que causa burnout o agotamiento laboral en entre el 17% y el 32% de los profesionales—, donde la tensión existe tanto por parte del profesional como del paciente y su familia —fruto de un 63% de los trabajadores que aseguran haber sido víctimas de distintas formas y tipos de violencia. Razón por la que la protección mental, física y legal es fundamental.

 

Protegerse como profesional médico

Dadas las características de su labor, donde existe el riesgo de causar daños al paciente en el decurso de su asistencia y tratamiento, pueden dividirse en tres las adversidades que debe afrontar el profesional sanitario. Y, si bien la salud mental debe abordarse con terapia y la física con un buen equipo y praxis laboral, el aspecto legal puede ser algo peliagudo. Sobre todo, ante un paciente o familiar cuyas emociones están en vilo.

En esencia, el seguro de responsabilidad civil para médicos y sanitarios es una póliza específica para cubrir distintas situaciones. Como ejemplifica la empresa de seguros Berkley, para mitigar un accidente, los daños a expedientes o una sanción, entre otros. Incluyendo, además, coberturas adicionales —desde locativas y patronales hasta de intoxicación alimentaria— en función de las exigencias o necesidades del profesional.

El sector sanitario reúne una serie de riesgos laborales inmanentes al oficio, tanto de índole biológica o química y física o mental como riesgos psicosociales, de nocturnidad o turnicidad y maternidad. En cualquier caso, riesgos que requieren de una cobertura legal adecuada y coherente con su realidad profesional. Centrada en las modalidades y especialidades de cada caso para brindar al trabajador la protección que se merece.

Salud, psicología y legalidad: los ejes de riesgo laboral del personal sanitario