sábado. 27.04.2024

El sector turístico español se prepara para un verano de récord en el que esperan emular los períodos estivales previos a la pandemia del coronavirus. El Gobierno ya ha adelantado que se recuperará el 90% del turismo extranjero que en 2019 visitó el país. Aquel año se recibieron 84 millones de extranjeros, cifra que se pretende rozar en este ejercicio aprovechando las altas temperaturas y la oferta turística nacional.

Por ello, las administraciones de los principales focos turísticos se están reforzando con la tecnología necesaria para controlar los aforos con el objetivo de mejorar el rendimiento de los servicios públicos y minimizar el impacto medioambiental.  
 
En playas de Mallorca, por ejemplo, está instalado el Sistema de Observación y Predicción Costero de Baleares. Con este mecanismo, la administración permite que los turistas compartan fotografías tomadas desde un mismo punto de la playa, permitiendo ver la evolución del paisaje para controlar su contaminación y dejando constancia del aforo que hay a cada hora en la playa. Además, se han desarrollado otras aplicaciones para conocer en tiempo real las condiciones de cada playa, lo que no solo da información relevante al turista que busca un lugar calmado, sino también a la administración que necesita saber el comportamiento de las masas para proteger el entorno natural. 
 
Por ello, cada vez son más los ayuntamientos que optan por la instalación de sistemas de monitorización que recojan todos los datos en tiempo real y permitan gestionarlos desde una consola principal. La monitorización, presente en gran parte de las empresas para mejorar la gestión de su infraestructura IT, capta todos los datos que se generan constantemente y los gestiona desde ese sistema central. De esta manera, se logra tener un acceso mucho más sencillo e inmediato a toda la información recogida y se mejora la capacidad de reacción ante cualquier anomalía detectada. 
 
La importancia de la monitorización en las empresas ha espoleado el interés de la administración por mejorar la eficacia de sus servicios y ahora aplican esta tecnología en la gestión de sus playas. Los ayuntamientos de zonas turísticas muy concurridas tienen especial interés en conocer el estado de los puntos con más afluencia y ponen su foco sobre las playas, donde ya se están implementando sistemas para monitorizar el estado de cada arenal y controlar el aforo. Así, además de medir cuánta cantidad de turistas visitan un lugar en una franja horaria determinada, se consigue minimizar el impacto medioambiental en el territorio estableciendo medias precisas para mejorar la protección ambiental de las playas así como de la fauna y flora que las habitan.

Además de Baleares, este mismo experimento basado en monitorización estará presente también en puntos de Galicia o en playas de Valencia y Cádiz. Los dos objetivos principales en todos los casos son controlar el impacto medioambiental y saber el aforo aproximado que hay en cada playa en distintas franjas horarias para poder gestionar los servicios públicos de la forma más eficiente. 

Baleares monitoriza sus playas para medir el aforo y su impacto medioambiental