viernes. 26.04.2024

Un equipo de investigadores del Laboratorio Interdisciplinario sobre el Cambio Climático (LINCC) de la Universitat de les Illes Balears ha recogido 38 medidas de mitigacióEscolta el documento y 31 de adaptacióEscolta el documento que sería necesario implementar, antes del año 2030, para conseguir reducir los impactos del cambio climático.

 

Estas medidas se recogen en un estudio publicado recientemente a Regional Environmental Change, una revista científica de prestigio internacional.



Los investigadores, que son miembros de departamentos varios de la UIB y que trabajan en áreas de conocimiento diversas, han estudiado los cambios físicos proyectados para las próximas décadas como resultado del cambio climático y han analizado los impactos sobre variables ambientales, económicas y sociales.

 

Los resultados muestran que el aumento esperado de la temperatura y el nivel del mar, la disminución de la precipitación mediana y el incremento de la evapotranspiración, las sequías, el aumento de la acidificación y la desoxigenación en el océano representan las amenazas principales para las Islas Baleares, tanto en cuanto a sus ecosistemas y la salud de sus habitantes, como en cuanto a su economía, dada la elevada vulnerabilidad del sector turístico al cambio climático.


El hecho que las Islas Baleares sean una potencia turística mundial hace que el análisis llevado a cabo por los investigadores de la UIB pueda servir de guía en otras islas mediterráneas, que también basan su economía en el sector turístico y se enfrentan a escenarios de cambio climático semblantes.

 

Los investigadores proponen llevar a cabo acciones de mitigación y adaptación en el ámbito de los ecosistemas terrestres y marinos, los recursos hídricos, la energía, las infraestructuras y la planificación urbanística, la salud humana, la economía, la legislación y la educación. La movilidad sostenible y el tratamiento de residuos son también áreas de acción recomendadas para la mitigación.

Las medidas propuestas no son las únicas que se tendrían que poner en práctica para hacer frente a los cambios físicos provocados por el cambio climático, pero sí que son las más significativas, señalen los investigadores.



Tanto las políticas de mitigación como las de adaptación al cambio climático, dicen las autoras y autores, tienen que verse como una oportunidad para llevar a cabo la diversificación del modelo socioeconómico actual. Y es que el uso intensivo de energía fósil y materiales por parte del sector turístico, que lo convierte en uno de los mayores contribuyentes al calentamiento global, así como la elevada vulnerabilidad del turismo al cambio climático, demandan urgentemente la diversificación económica de las regiones turísticas en pro de actividades con menos huella ecológica.

 

Recuerdan, también, que una economía más diversificada en pro de actividades que consuman menos recursos y generen menos impactos ambientales, y, por lo tanto, una economía más resiliente, en que el sector turístico tendrá que tener menos pes, no lo eximirá de llevar a cabo, junto con el resto de sectores, acciones encaminadas tanto a reducir sus emisiones como mejorar la respuesta ante el cambio climático. En este sentido, el turismo ‘de proximidad’, ‘bajo en carbono’ o ‘slow’ y la relocalización de empresas, instalaciones e infraestructuras son algunas de las medidas de mitigación y adaptación, respectivamente, que el sector turístico podría llevar a cabo.

 

El artículo publicado a Regional Environmental Change actualiza y amplía la investigación que lo LINCC UIB llevó a cabo para elaborar el capítulo 5Escolta el documento del Estudio sobre Prospectiva Económica, Social y Medioambiental de las Islas Baleares en el horizonte 2030 (H2030), realizado por el Consejo Económico y Social de las Islas Baleares, que se publicó en 2019.

69 medidas para reducir el impacto del cambio climático en Baleares