domingo. 05.05.2024

Hasta hace no demasiados años uno de los términos que más se han puesto de moda y más se manejan en el ámbito empresarial era precisamente algo casi desconocido o testimonial en general. Hablamos de la Responsabilidad Social Corporativa, o lo que es lo mismo intentar gobernar las empresas para devolver a la sociedad parte del benefició obtenido de ella mediante acciones sociales, culturales o medioambientales. 

 

A muchas empresas esta tendencia, que fue en muchos casos moda y que ahora ya forma parte de la esencia en la dirección empresarial, cogió con el pie cambiado a muchas compañías pero ya se ha instalado plenamente en el día a dia de casi todas ellas.

 

Así pués se ha abierto un nuevo campo laboral que aún está en muchos casos por explotar plenamente. Por este motivo, ahora mismo se necesita más que nunca personas con formación en responsabilidad social corporativa para cubrir este importante hueco. En este sentido, cada vez son más los postgrados universitarios o cursos disponibles en el mercado formativo. Las mismas patronales y asociaciones empresariales son las primeras en organizarlos.

 

Las grandes corporaciones empezando por los bancos han dado un protagonismo máximo a la RSC en su estrategia corporativa y en especial en el ámbito medioambiental. Se trata de generar un valor añadido al cliente y al accionista y por ende a la imagen en general de la empresa. En todo caso este valor no puede ni debe ser marketing solo si no expresar un compromiso, una convicción real de generar sinergias constructivas para nuestra sociedad. En pocas palabras, no se trata de una política empresarial pasajera, ni un conjunto de medidas solo estéticas.

 

Hay muchos campos en los que actuar si se trata de fomentar la Responsabilidad Social Corporativa. Se puede trabajar el compromiso hacia el entorno y el medio ambiente incluyendo el ahorro energético y la reducción de la huella de carbono.

 

Por otro lado hay una importantísima vertiente social que pasa por la ética, la lucha en favor de los intereses de los clientes o la protección de la salud de los trabajadores así como la implicación con la labor de entidades sociales que trabajan en favor de colectivos diversos.

 

Llegados a este punto podemos plantearnos cuales son los beneficios que generan las acciones de RSC para una empresa.

 

Para empezar debe quedar claro que, a corto plazo, estas acciones no generan un beneficio económico ni están pensadas para ello. La inversión realizada genera un beneficio colectivo o social para una comunidad. Cierto es que estas acciones si que transmiten una imagen mucho más amable y auténtica de la empresa y esto si que tiene un retorno indirecto en forma de fidelización de clientes, proveedores e incluso trabajadores.

 

Por otro lado las empresas que aplican este tipo de prácticas resultan cada vez más atractivas para conseguir talento. Los trabajadores valoran de forma especial este compromiso ético y más si se incorporan políticas denominadas de 'felicidad laboral' destinadas a mejorar el ambiente, los horarios y la conciliación familiar.

 

El ahorro directo puede ser importante si se apuesta por reducir el consumo energético con el uso de energías limpias y fomentar el reciclaje con la consecuente disminución en la producción de residuos.

¿Por que deben apostar las empresas por la Responsabilidad Social Corporativa?