martes. 30.04.2024

 

Cuando hablamos de franquicias, la mayoría de las personas piensan rápidamente en el acuerdo que se produce entre un franquiciador y un franquiciado. Es decir, este modelo de negocio se basa en la puesta en marcha de un negocio ya existente, de manera que un emprendedor o inversor adquiere los derechos de uso de la marca. Sin embargo, no todas las franquicias son iguales.

 

La mejor prueba de ello, se puede ver reflejada en las franquicias inmobiliarias, ya que estas tienen unas particularidades muy específicas. Pero, ¿qué es exactamente una franquicia inmobiliaria? Para los que lo desconozcan, las franquicias inmobiliarias son un modelo de negocio que está basado en el trabajo con expertos, es decir, están formadas por diferentes especialistas en la materia.

 

Por lo general, en una franquicia inmobiliaria trabaja un gerente, un coordinador de oficina, un asesor jurídico y diversos agentes comerciales. Todos los empleados tienen una gran importancia dentro de la empresa, por lo que es fundamental que el gerente se encargue de proporcionarles la formación necesaria para que puedan desarrollar correctamente sus tareas.

 

¿Por qué apostar por el modelo de franquicia inmobiliaria?

Al igual que ocurre con otros tipos de franquicias, el modelo inmobiliario genera grandes beneficios a los franquiciados, sobre todo, en lo que se refiere a optimización de los resultados. Y es que una franquicia inmobiliaria no solo cuenta con una imagen de marca potente, sino que también posee un sistema de gestión interno que facilita el desarrollo de las tareas propias del día a día.

 

Por si fuera poco, en la actualidad, los negocios inmobiliarios pueden aprovecharse de las enormes ventajas que ofrece el mundo digital, de modo que pueden tener tanto presencia física como visibilidad online. Se puede decir por tanto, que las franquicias inmobiliarias pueden utilizar un doble canal de ventas, el cual es ideal para ampliar la base de datos de los clientes y llegar a más usuarios potenciales.

 

Actualmente, los portales inmobiliarios online están a la orden del día, por lo que es vital contar con páginas webs atractivas que llamen la atención del público objetivo. Gracias a las franquicias inmobiliarias, los franquiciados están presentes en todos estos portales online, pero además, también cuentan con sitios webs muy sofisticados que están conectados con el sistema de gestión comentado anteriormente.

 

¿En qué aspectos hay que fijarse al abrir una franquicia inmobiliaria?

Aunque a priori puede parecer algo sencillo, lo cierto es que a la hora de abrir una franquicia inmobiliaria, las personas deben tener en cuenta una serie de factores como los costes, las condiciones del local, el contrato de colaboración o el equipo de trabajo. Para salir de dudas, a continuación vamos a analizar en profundidad algunos de estos aspectos.

 

Los costes                                                       

Como ocurre con otras franquicias, el apartado de costes requiere una mención muy especial, puesto que los franquiciados van a tener que hacer frente a diversas partidas de gastos. En primer lugar, dentro del presupuesto debe haber una sección dedicada  a la inversión inicial, es decir, a todos los costes derivados de montar una franquicia inmobiliaria -ubicación, dimensión del local, etcétera-.

 

Por otro lado, el franquiciado inmobiliario también tiene que pagar el royalty, o lo que es lo mismo, debe pagar para poder hacer uso de la marca. Además, hay que tener muy en cuenta el tema de la publicidad, ya que los franquiciadores suelen llevar a cabo grandes campañas publicitarias en el ámbito nacional. Por lo tanto, las marcas requieren una pequeña inversión a todos los franquiciados.

 

Las condiciones del local

Obviamente, no todas las franquicias inmobiliarias cuentan con los mismos espacios de trabajo, puesto que en este aspecto, el franquiciador tiene mucho que decir. Y es que en algunos casos, las marcas requieren unas condiciones mínimas para poder alquilar un local -tamaño, ubicación, etcétera-. En otros casos, los franquiciadores son mucho más permisivos y apenas exigen requisitos.

 

Algunas de las condiciones mínimas que se suelen requerir están relacionadas con las dimensiones del establecimiento -oscilan entre los 70 m2 y los 200 m2-, la ubicación del local -es necesario un mínimo de habitantes en el municipio- o la cercanía con respecto a la competencia. Este último punto es muy importante, puesto que algunas franquicias de tipo inmobiliario establecen una distancia mínima de 400 metros.

 

El equipo de trabajo

Por último, también es fundamental organizar el equipo de trabajo de la franquicia inmobiliaria desde el primer momento. Al inicio del artículo, hemos comentado que este tipo de negocio suele estar formado por un gerente, un coordinador de oficina, un asesor jurídico y diferentes agentes comerciales. Todos deben estar al día en cuanto a mercado inmobiliario se refiere, pero el papel de los agentes es determinante.

 

Y es que los franquiciados tienen que asegurarse de reclutar y formar a los agentes inmobiliarios de forma correcta, para que estén totalmente capacitados a la hora de resolver diversas gestiones. Tan importante es elegir a los empleados como formarlos y retenerlos, ya que su trabajo será clave en el crecimiento de la franquicia.

 

¿Cómo abrir una franquicia inmobiliaria?