Un 60% de las constructoras de Baleares presenta un elevado o máximo riesgo de impago, ocho puntos más que hace un año, según la consultora Iberinform.
A nivel nacional, el 41% de las constructoras dedicadas a la edificación, tanto residencial como no residencial, se encuentra en un nivel máximo o elevado de impago, lo que supone un empeoramiento de dos puntos porcentuales frente a los niveles de 2022, según concluye Iberinform en un informe.
En este sentido apunta que el sector está marcado por la desaceleración de la demanda ante el encarecimiento del crédito bancario tras las sucesivas subidas de tipos de interés, la pérdida de dinamismo de los visados de obra nueva y el impacto de las variaciones de precio de los materiales de construcción en los márgenes comerciales.
En su gran mayoría, en un 96%, el sector está compuesto por micro y pequeñas empresas y sus márgenes comerciales cerraron en 2022 en el 3,4%, un porcentaje que se espera que se reduzca aún más en 2023.
Además, el 51% de las empresas del sector cuenta con menos de 10 años, siendo la antigüedad un factor relevante en el riesgo de crédito.
Así, entre las empresas que se encuentran en su primera década, el 50% se encuentra en un nivel máximo o elevado de impago. Este porcentaje cae sensiblemente, hasta el 31%, entre las empresas entre los 11 y los 25 años y al 29% entre las de más de 25.
De acuerdo con los datos del informe, las constructoras de edificios residenciales y no residenciales se concentran en las provincias de Madrid (14%), Barcelona (12%), Baleares (7%), Valencia (6%), Alicante (5%) y Málaga (4%).
De las seis primeras provincias del sector por tamaño, Baleares presenta el mayor deterioro del riesgo de crédito ya que el 60% de las constructoras de edificios del archipiélago (ocho puntos más que hace un año) se encuentra en un nivel máximo o elevado de impago. Le siguen Málaga (54%); Madrid (45%); Valencia (44%); Barcelona (41%) y Alicante (38%).
