El III Informe de Comportamiento Energético de las Empresas Españolas elaborado por Endesa X, la filial de servicios energéticos de Endesa, revela que el 28% de las empresas podría optimizar su contratación energética y que el 24% presenta consumos fantasmas o innecesarios, por lo que si mejoraran estos aspectos podrían ahorrar energía en favor del planeta y, además, reducir costes.
Estas son dos de las principales conclusiones de este informe que tiene como objetivo valorar el potencial de ahorro de las empresas del país. Y es que, a pesar de que queda un largo camino por recorrer, un 38% de las empresas analizadas ya ha incorporado medidas de eficiencia energética entre 2019 y 2021.
Durante los primeros años lo hicieron de forma más puntual para mejorar alguna instalación concreta, pero con los años el concepto de mejora y optimización constante de los consumos, así como la concienciación hacia la necesidad de consumir de forma más responsable, han implicado un cambio hacia una visión más global de la eficiencia energética y, en consecuencia, de la descarbonización.
A modo de ejemplo, un 31% de las empresas ha cambiado la forma de consumir energía eliminando consumos innecesarios, un 18% su forma de contratación, un 15% sus instalaciones eléctricas y, aunque de forma más tímida, un 3-4% han implantado proyectos de energías renovables.
El informe, que se ha dado a conocer recientemente después de un análisis exhaustivo, se ha hecho a partir de datos reales de más de 3.500 empresas, clientes de Endesa, que se encuentran distribuidas en todo el territorio y de diferentes sectores, destacando el industrial, la hostelería, el comercio y el agrícola y ganadero.
Los datos se obtuvieron a partir de monitorizaciones, diagnósticos y auditorías energéticas de instalaciones, además de información sobre la inversión y el período de retorno asociado a las medidas de eficiencia energética implementadas.
En este sentido, se ha descubierto que el 23% de las empresas presenta un ahorro potencial de más de un 20% en su consumo energético, cosa que demuestra que hay un margen de ahorro significativo, ya sea en medidas enfocadas a la mejora de la eficiencia energética –con su consecuente reducción del consumo– o por la inversión en nuevos activos energéticos, que reducen el consumo energético y son una apuesta por la descarbonización de los procesos productivos de las empresas.
A modo de ejemplo, las inversiones en medidas enfocadas a la reducción del consumo se amortizan con los ahorros energéticos obtenidos en un corto espacio de tiempo. De hecho, el 68% de las medidas analizadas presenta un Retorno de la Inversión (ROI, por sus siglas en inglés) inferior a 4 años, llegando al 88% en 2021.