Este indicador proporciona un avance del IPC que, en caso de confirmarse, supondría un aumento de un punto y medio en su tasa anual, ya que en el mes de mayo la variación fue del 8,7%.
Esta evolución se ha debido, principalmente, al encarecimiento de los carburantes, mayor este mes que en junio de 2021, y de los alimentos y bebidas no alcohólicas, frente a la estabilidad registrada el año anterior.
El INE también señala al incremento de los precios de los hoteles, cafés y restaurantes, superior al del pasado año.
La tasa general del IPC mantiene la senda alcista que comenzó en marzo de 2021 y que solo quedó interrumpida en enero, cuando se moderó 4 décimas hasta el 6,1%, y en el mes de abril, cuando bajó un punto y medio, hasta el 8,3%.
El nivel de junio rompe el máximo registrado el pasado marzo del 9,8% superando la barrera de las dos cifras.
En cuanto a la inflación subyacente -índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos- aumentó seis décimas, hasta el 5,5 %.
De confirmarse esta cifra, sería la más alta desde agosto de 1993, apunta el INE.
En cuanto a la evolución mensual, los precios de consumo subieron en un 1,8 % respecto a mayo, según este indicador adelantado.