martes. 30.04.2024

Aprender a vivir sin silencio...

El silencio es un gran desconocido para mí desde que tengo memoria. Literalmente no sé qué es el silencio, no porque vivamos en un mundo cada vez más ruidoso, donde estamos constantemente rodeados de estímulos sonoros, sino porque sufro tinnitus, también conocido como acúfenos.

Muchos os preguntareis: ¿qué es el tinnitus? Y la respuesta es la percepción de sonido que no tiene una fuente externa, por lo que otras personas no pueden escucharlo. A menudo, el tinnitus se describe como un timbre en los oídos, pero algunas personas también oímos otros tipos de sonidos como un zumbido 24 horas al día.

Soy consciente de que el silencio es una parte esencial de la vida. Es necesario para la reflexión, la concentración y la creatividad y también es importante para nuestro bienestar físico y mental.

El silencio nos permite escucharnos a nosotros mismos y escuchar a los demás. Nos ayuda a conectar con nuestro interior y con el mundo que nos rodea, pero en mi caso, en modo distorsionado.

Hay afirmaciones que dicen que el silencio también nos permite relajarnos y liberar el estrés. Cuando estamos en silencio, nuestro cuerpo y nuestra mente pueden descansar y rejuvenecer.

No conocer el silencio me ha obligado a adaptarme para poder descansar a pesar del pitido o zumbido, a desarrollar la concentración máxima en el entorno laboral, a aceptar que no escucho todos los sonidos por igual, al estar el pitido o zumbido en la misma frecuencia que dichos sonidos.

El silencio es un regalo que no podré recibir, ni apreciar, ni descubrir todos los beneficios que puede ofrecerme, pero la falta de éste ha hecho que desarrolle más mi fuerza de voluntad, adaptabilidad e intuición.

Pese a las dificultades, los seres humanos, al igual que otras especies, somos capaces de superar obstáculos, adaptarnos y desarrollar nuestros sentidos. Por muchas dificultades que se nos planteen en la vida, no debemos tirar la toalla. Hay que darle la vuelta a los problemas y buscar la parte positiva que conllevan.

Es importante recordar que la vida no se adapta a nosotros, sino que somos nosotros los que debemos adaptarnos a ella. Si no lo tenemos claro o no lo aceptamos, tendremos muchas dificultades para avanzar en nuestro día a día.

Aprender a vivir sin silencio...