sábado. 27.04.2024

Alan, la insurtech que tiene como objetivo ser el partner digital de salud holística para empresas en Europa, situará el cuidado de la salud mental de los trabajadores españoles como uno de sus focos estratégicos durante los próximos 3 años. Los más de 183 M de euros obtenidos a nivel internacional gracias a la reciente ronda de financiación Serie E recibida por la empresa, servirán para seguir apostando por un cuadro médico de psicólogos propio y por seguir mejorando las funcionalidades de Alan Mind, su app de salud mental.

 

A pesar de que la reciente aprobación del Plan de Acción de Salud Mental por parte del Gobierno español muestra que, por fin, se empiezan a tomar medidas en nuestro país a favor de la salud mental, aún queda mucho camino por recorrer para que pase a ser una prioridad para el Sistema Nacional de Salud.

 

De hecho, estudios recientes como el Informe affor “Impacto del COVID-19 en la salud psicológica de los trabajadores en España”, ya pone de relevancia que el 42% de trabajadores españoles presentaba síntomas de ansiedad tras la pandemia1.

 

“El confinamiento provocó que, de forma simultánea, muchos españoles que podían tardar toda una vida en desarrollar un problema de salud mental, de repente tuvieran que enfrentarse a una situación de vulnerabilidad psicológica. Eso, junto a la predisposición genética que ya tuvieran, hizo aflorar esa ansiedad o esa depresión entre la población”, explica Jesús Matos, psicólogo y Clinical Lead de Alan Mind.

 

“Esta situación, sumada a la falta de acceso rápido a psicólogos y psiquiatras que se suele dar en la sanidad pública y el coste que implica hacerlo a través de la privada –que puede estar en torno a los 280€/mes de media–, complica habitualmente el tratamiento y repercute en su productividad laboral”, continúa. Cabe destacar que, según alertaba el Defensor del Pueblo recientemente, en nuestro país solo hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes y pueden pasar hasta 3 meses entre visita y visita.

 

 

Alan, que siempre ha creído en la necesidad de ofrecer una atención de calidad en materia de salud mental y, por ello, lo incluye como una parte fundamental de sus coberturas de salud para empresas, seguirá focalizando sus esfuerzos en este campo en los próximos años.

 

“Los estudios sugieren que no hay diferencias en la eficacia en el tratamiento cognitivo conductual para trastornos de ansiedad y el estado de ánimo si las sesiones son telemáticas o presenciales. La visita telemática nos ofrece comodidad tanto para el médico como para el paciente, y la oportunidad de vincular la terapia más adecuada con el paciente que la necesita, independientemente de la localización geográfica de uno y otro”, detalla Matos. El objetivo es también reducir los tiempos de espera, y que aquel que lo necesite pueda encontrar un hueco de visita para esa misma semana.

 

La compañía cuenta con un equipo de psicólogos propio, que se encarga de elaborar un perfil de paciente y vincularlo con el especialista más adecuado a su caso. No funciona por bonos, ni necesita una autorización o prescripción previa, simplemente hay que solicitar una visita de orientación y el equipo médico te deriva al especialista más indicado.

 

Asimismo, su app Alan Mind busca cubrir la prevención de la salud mental, una necesidad olvidada por completo pero que ayudaría a prevenir bajas laborales o tratamientos más largos. “En la app ofrecemos consejos, ejercicios y retos, y se puede acceder a ella tanto si tienes un seguro con nosotros, como si quieres suscribirte directamente. Todos los ejercicios y propuestas están pensados para invitar a la reflexión”, concreta Jesús Matos.

 

Si a un buen servicio pensado expresamente para empresas, añadimos el hecho de que un informe presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2016, constató que por cada dólar invertido en cuidar la salud mental de los trabajadores se generaban cuatro dólares de retorno, queda patente que apostar por el cuidado de la salud mental de los trabajadores debería ser una prioridad para las compañías españolas.

 

La falta de acceso a intervenciones no farmacológicas, entre otras cuestiones, se posiciona según la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, como una de las razones que han provocado que España encabece desde hace años el consumo mundial lícito de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes, que en 2020 aumentó un 4,5% y superó las 91 dosis diarias por cada 1.000 habitantes.

 

Una posición que se refrenda con los datos de la Encuesta Europea de Salud, facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en abril del año pasado, donde muestran que a mediados de 2020, había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo diagnosticado. De estas, 230.000 sufrían una depresión grave.

Casi la mitad de los trabajadores en España requeriría apoyo a la salud mental desde su...