Miquel Àngel Mateu, presidente de PIMEM-Comerç, asegura que las informaciones que tienen de los asociados de la Part Forana es que “entre tres y cinco horas ya se habían agotado los bonos del Govern”. Mateu mantiene que sería bueno estudiar el consumo de un bono por empresa y cliente y de esta manera se pudieran repartir mejor los bonos y “obligar” a gastar en más puntos de venta. Mateu ha recordado que este año se han ampliado los epígrafes y solo correspondieron a 97 bonos para cada empresa hecho que justifica el rápido agotamiento de éstos.
Por su parte el vicepresidente, Miquel Àngel Salvà, ha apuntado que la información que tiene del comercio más concretamente de Palma es que los bonos del ayuntamiento y los del Govern se agotaron en una media de cuatro horas.
Por otra parte, la sectorial de PIMEM asegura que si algún problema hay que ponerle a la iniciativa es la concentración en el tiempo que ha vivido la campaña.
Para los comerciantes de la patronal se trataría de estudiar la posibilidad de poder gestionar los bonos en un espacio de tiempo más repartido y evitar, en la medida de lo posible, verdaderas horas de “locura” en ventas y posteriormente una rápida vuelta a la normalidad. Salvà apunta que “los bonos son una gran idea, pero hay que buscar la fórmula para que puedan darse de manera más escalonada, aunque es difícil prever la reacción del consumidor”.
Las altas temperaturas frenan la venta de la ropa de invierno.
Los comercios de la sectorial informan de una fuerte bajada en la venta de ropa de invierno debido sobre todo estas altas temperaturas que se están dando a medianos de octubre. PIMEM-Comerç asegura que preocupa el paso del tiempo con el género en los mostradores y sin posibilidad de poderle darle salida y más sabiendo la fecha de caducidad que tienen estos productos. Mateu asegura que “la gente no quiere probarse nada, simplemente el tiempo no acompaña y eso repercute de manera directa en las ventas”.
Miquel Àngel Salvà ha matizado que “las ventas de prendas de invierno han corrido a cargo del turista que se lo lleva a su país pero que el consumidor residente hasta que no hace frío no compra y que ahora con una media de 30 grados poco apetece”. Salvà ha recordado que el año pasado hubo unas semanas de frío durante el mes de octubre y eso fue suficiente para animar las ventas, aunque sólo fuera temporalmente ya que después las temperaturas volvieron a subir.