lunes. 29.04.2024

¿Vamos bién o mal?

/img/periodico/img_24413.jpg

Que alguien me lo aclare. Yo, como ciudadano de a pie y considerándome relativamente bien informado, hay días en que no se que pensar. Necesito ayuda urgente por que he pasado de ver una realidad más o menos clara a diferentes versiones con colores, decoraciones y metereologia muy diversa.

 

Vamos a ver. Ahora que se ha ido el verano y que llega el momento de hacer balance de la turística temporada alta, nada hay que encaje aparentemente. Por un lado se constata lo que era un secreto a voces. Estamos perdiendo ya turistas en verano por que nuestra competencia ha podido al fin despertarse. No es por ahora nada alarmante. Es más, todos los expertos dicen que estas pequeñas pérdidas y otras incluso un poco más importantes entraban dentro del guión previso.

 

Ello no quita que muchos empresarios turísticos esten preocupados por que, a pesar de que han salvado la temporada, ven con temor la próxima.

 

Si nos vamos a las cifras puras y duras vemos en cambio que los ingresos que dejan los turistas han subido para compensar la reducción de visitantes. Este aumento viene dado en buena parte por el incremento de los precios hoteleros que, a partir de una elevada demanda y también de un aumento de la calidad, han podido recoger unos jugosos ingresos.

 

"Muchos empresarios turísticos estan preocupados por que, a pesar de que han salvado la temporada, ven con temor la próxima"

 

Ahora bién, incluso en la carrera de la calidad turística nos estamos topando con dificultades e incluso podemos plantearnos si a corto plazo hemos tocado techos. Al crecimiento de los hoteles boutique en Palma me refiero que han bajado precios ante la necesidad de llenar las habitaciones. Y eso que Palma es, en apariencia uno de los destinos con más gancho actualmente para fines de semana y viajes de compra en invierno.

 

Otro capítulo aparte lo protagoniza el Govern, en plan exhultante y casi triunfalista, sentenciando que el cambio de modelo turístico es una realidad y que se ha disparado la llegada de visitantes en invierno a la vez que hemos congelado la veraniega. Los porcentajes invernales pueden ser espectaculares pero partimos de unas cifras ridículas comparadas con las de temporada alta y aún queda un largo trecho por recorrer.

 

Debo reconocer que se han hecho pasitos en positivo pero hay que cuidarse mucho de lanzar las campanas al vuelo. Aún hay que acabar del todo con el impacto del turismo de baja calidad y balconing. A pesar que cada vez es menor, su ruido mediático aún supone un verdadero dolor de cabeza para nuestras islas como destino.

 

Y si uno realiza una pequeña encuesta entre taxistas, pequeños comerciantes de Palma, o buena parte del sector de la restauración, se pone de relieve que la temporada no ha sido tan buena ni estamos tan bien. Pero bueno, al final cada uno arrima el ascua a su sardina i cuenta su verdad.

 

Yo aún no he averiguado si vamos bien, regular o mal...

¿Vamos bién o mal?