viernes. 26.04.2024

En la Cresta de la Ola

¿Quién no está harto, a estas alturas ya, de la serie de altísimo presupuesto y reparto de lujo “Con pandemia y a lo loco”? La verdad es que, los que somos optimistas por naturaleza, confiábamos puerilmente y contra todo pronóstico, que esta raza tan volátil como sublime, que es la nuestra, ya se las habría ingeniado para hacer frente común a esta invasión bichil de origen incierto logrando acabar con esta saga de terror de muy mal gusto también conocida como La Ola 1, 2 y 3.

 

Vamos por la tercera entrega y oye, que las escenas de amor con final feliz, no llegan tu. No es de extrañar que Los Bridgerton en Netflix (si eres chica ya te suena), hayan triunfado como la Coca Cola entre nuestros corazones rotos con la líbido por los suelos gracias a tanto erte, chándal y bares cerrados. Al menos algunas nos hemos imaginado por un momento que el Duque de Hastings nos ponía mirando para Cuenca mientras intentamos escapar mentalmente del blockbuster internacional: El Covid-19 (Una ingeniosa abreviatura de “cojones de vida, morirás 19 veces” (de susto, de miedo, de hambre, de depre, de ansiedad…), en fin.

 

Pero esta columna no va de esto, que podría, pero no. Para ello ya existen mentes afiladas mucho más brillantes pensando y opinando en voz alta por todos y para todos los gustos. Esta columna va de las tribulaciones de una mujer multitasking cuarenteañera (por poco tiempo, jeje), madre de tres dragones, comunicadora de profesión y creativa de vocación, emprendedora a la fuerza desde tiempos inmemoriales y que, tras casi un año sin poder subirse a unos Jimmy Choo, estrenar un bolso o salir de copas con las amigas sin parecer una delincuente, necesita un poquito de desahogo verborreico.

 

No pretendo sentar cátedra de nada, Dior me libre, sencillamente exponer algunas de esas cosas que rondan mi cabeza de autónoma sufridora en estos tiempos apocalípticos en los que cada vez que alguien dice: ahora tocan los ovnis, yo pienso: pues ya era hora.

 

Porque de eso va esto. De tiempo. Recuerdas lo feliz que eras con tu churri al pensar: qué bien cari, ya tenemos a dos hijos “colocados” con trabajo, (eso sí, en el extranjero) y solo nos queda la peque que en nada acaba bachiller, estudia una carrera, se nos larga y bla, bla, bla. Así andábamos nosotros proyectando eso que llaman ahora la mediana edad cuando el tsunami viral mandó al traste con nuestras ensoñaciones de pareja (todavía joven y bien avenida) dispuesta a vivir un merecido chute de orgasmos y viajes intercontinentales, sin niños.

 

Pues va a ser que no, que ahora no solo tienes que reorganizar tu mente, tus maltrechas finanzas y el escaso trabajo, para los dichosos que lo tengan, sino que tienes que volver a estudiar y prepararte para el apocalipsis. Lo llaman reinventarse.

 

A mi no me importa porque mi vida es una perpetua reinvención debido a mi curiosa naturaleza y la profesión que elegí y casi siempre estoy empezando algún nuevo curso que amplíe mis aptitudes y competencias digitales o creativas.

 

Lo que constato es que no estoy sola, muchos amigos y conocidos, que rozan el medio siglo como yo, no se les caen los anillos a la hora de embarcarse en nuevos estudios online para abrirse paso en nuevos menesteres y zambullirse en alguna profesión demandada como marketing digital, community manager, diseñador gráfico, programador, creador de contenidos, copywriter...Renovarse o morir. Autoemplearse o desaparecer.

 

En esas andamos muchos, un plan de autorescate ante la ola gigantesca de incertidumbre que se avecina. Y para que no me diga alguien que estudiar es caro, le diré que investigue la plataforma Domestika donde por el módico precio de diez euros puedes aprender “Estrategias de Instagram para desarrollo de marcas”, “Carpinteria profesional para principiantes” o “Introducción al SketchUp”. ¿Cómo te quedas?. Y te diré más, con profesores cualificados. Y es que hasta en eso hay una revolución. Nuevos tiempos, nuevas formas de enseñar y de ganar dinero.

 

Por si le sirve de ayuda a alguien también recomiendo los cursos gratuitos de Google Actívate, que además de poder elegir entre un buen número de opciones donde adquirir habilidades en el mundo digital, ofrecen titulación. Entre sus proveedores están la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Alicante o FutureLearn además del propio Google. No es broma. Puedes aprender desde cómo comercializar tu empresa online, transformación digital para el empleo, cómo organizar reuniones digitales más productivas desde casa o iniciarte en la Inteligencia Artificial, entre muchas opciones. Y recuerda: te dan titulación.

 

Tampoco están nada mal los que ofrece la plataforma americana Goodwill Community Fundation para que sigamos conectados gracias a las nuevas tecnologías, ideal para los rezagados en esto de la comunicación online. Y para acabar te recomiendo Open Classroom que ofrece un listado muy chulo pero solo en inglés o francés. Y todo este cargamento de sabiduría es GRATIS. ¿No es alucinante?

 

Y mi geek-consejo para esta semana es: si estás en Erte, parado o harto, busca tu canción motivadora favorita, ponla a todo volumen, enfúndate ese ridículo pijama que te cayó en Navidad, ponte frente a la pantalla y ¡aprende algo nuevo, leñe! Créeme, es un pequeño paso para la humanidad, pero un gran paso para ti.

 

P.D. Por cierto, he encontrado mascarillas FFP2 homologadas de color rosa, ¿no es esto ma-ra-vi-llo-so? I love it!

En la Cresta de la Ola