domingo. 05.05.2024

Democray dies in darkness

Cuando en febrero del 2017 The Washington Post por primera vez en sus más de 140 años de historia introdujo un eslogan, lo hizo, a pesar de negarlo, en respuesta a la toma de posesión de Donald Trump como cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos.

 

El eslogan traducido al castellano dice, la democracia muere en la oscuridad, haciendo referencia al nivel de ética, la total falta de escrúpulo, respeto y de saber estar de dicho presidente americano. La relación muy mejorable entre Jeff Bezos, propietario del rotativo y Donald Trump es bien conocida. A pesar de ello, utilizar una declaración de tal calibre como eslogan de uno de los diarios más conocidos a nivel mundial es un acto que va más allá del desprecio personal entre dos magnates.

 

Es una llamada a la transparencia, a revelar cualquier acto indebido de la política y de todo nuestro sistema democrático. Mientras que es respetable estar más o menos de acuerdo con la política de Trump, el ejemplo que ha dado a nivel ético es sin duda alguna rechazable y merecedor de una declaración de tal calibre como la ha hecho The Post.

 

Ojalá tuviéramos en Europa, y particularmente en España, medios de comunicación tan críticos y menos sensacionalistas y partidistas. Ojalá los grandes rotativos españoles se hicieran echo de forma neutral, verídica y desinteresada de la realidad de nuestro país.

 

¿Donde podemos hoy día consultar de forma veraz e imparcial una voz crítica con la gestión de esta pandemia en uno de los diarios principales? ¿Cuantos diarios hay que leerse para poder hacerse una imagen más o menos objetiva de los hechos?

 

Los políticos nos azotan con argumentos sin base, con decisiones sin sentido y la prensa se hace echo de ello sin a penas cuestionar. ¿Donde están los medios críticos, el periodismo de investigación? ¿Realmente nos conformamos con informar de cualquier chorrada que se inventan los políticos? ¿Tal es el grado de influencia política que todos los grandes medios han de estar tutelados, han de estar bajo el mando de la política? ¿Nos conformamos con tan poco? ¿Con desinformar a la población, con titulares sensacionalistas, sin tener en cuenta el impacto económico que ello puede conllevar? ¿Realmente no dispone la prensa de los medios, del interés o aliciente necesario para producir una prensa de mayor calidad, de aportar algo a la sociedad más allá del panem et circenses?

 

Si queremos una sociedad inoculada al pensamiento crítico, una inmunidad de rebaño frente al cuestionamiento de lo que nos echan los políticos, vamos por buen camino. Somos como borregos de camino al matadero. Sigamos a la prensa que sigue a la política, que sigue única y exclusivamente sus propios intereses. No nos quejemos si los resultados no serán de nuestro agrado.

Democray dies in darkness