domingo. 05.05.2024

Calidad democrática

El Democracy Index publicado anualmente por el semanario inglés The Economist arroja una bajada generalizada del nivel de calidad democrática a nivel global. Esta tendencia bajista se debe a las imposiciones gubernamentales a raíz de la pandemia.

 

A pesar de esta bajada generalizada, España destaca y cae seis puestos en dicho índice. Esta caída es ajena al Covid, es cortesía de la alianza que nos gobierna.

 

Mientras que los que más se quejan de que nuestro sistema democrático podría considerarse imperfecto por la presencia de la corona española, es justamente por estos quejicas que mengua la calidad democrática de España. Así lo refleja el Democracy Index.

 

Nuestra monarquía constitucional con su sistema de gobierno basado en la soberanía nacional, la división de poderes y su sistema parlamentario con su poder legislativo no parece ser ningún impedimento para que España sea considerada una democracia plena, representativa.  Todo lo contrario es el caso ya que las democracias mejor valoradas en dicho índice disponen de un sistema similar con monarquía y sistema parlamentario.

 

La bajada al final de la tabla de las que se consideran democracias plenas (de 23 a nivel mundial, España ha caído al puesto 22), se debe a la falta de transparencia de nuestro gobierno y a su falta de funcionamiento. Añadimos la falta de división de poderes, donde las pataletas políticas para definir los magistrados del tribunal constitucional no tienen precedente, y comprendemos que la calidad democrática de nuestro país no depende en absoluto de su aspecto monárquico.

 

¿Cuándo personajes que no saben hacer la o con un canuto son aupados a puestos de responsabilidad en el gobierno y su presencia en dichos puestos únicamente corresponde a intereses políticos, donde esta la calidad democrática? Cualquier sistema bien intencionado está abocado al fracaso si las personas equivocadas ocupan puestos de relevancia y cuando lo que realmente le importa al gobierno son sus propios intereses a costa de los intereses de su pueblo.

 

Como últimos ejemplos de esta triste degradación de calidad política a nivel regional, los nuevos altos cargos en Innovación del Govern Balear, Eduardo Zúñiga y Jesús Juan Jurado Seguí, ambos de Podemos y sin ningún tipo de formación o experiencia en el sector de la innovación. Bochornoso. 

 

Margaret Thatcher dijo que el socialismo fracasa cuando se acaba el dinero de los demás. También dijo que el socialismo no procede del pueblo sino de una doctrina de intelectuales que tuvieron la arrogancia de creer que podían planificar mejor la vida de todos. Y aquí estamos, con comunistas mediocres e incompetentes en el gobierno que demonizan y estigmatizan al que se esfuerza creando valor, empleo y riqueza y que glorifican a Pablo Hasels, Valtonycs y okupas.

 

Se ha creado un sistema democrático que favorece al parásito sobre el que arriesga, el que reclama sus derechos sobre el que cumple con su deber. Mediocridad política ante meritocracia. Mientras que todos queremos justicia social y el cumplimento de los derechos básicos hay unos limites que no se deben sobrepasar. En estos tiempos no solo se han sobrepasado, se hace todo lo posible para aniquilar a la columna vertebral de la economía española para favorecer ese parasitismo, esos chupa-sistemas que se retroalimentan con este gobierno.

 

Lamento que la retórica haya sustituido la realidad. La pregunta más básica que hay que hacerse hoy día no es ¿Que es lo mejor?, sino quien decido sobre que es lo mejor.

Calidad democrática