sábado. 27.04.2024

Cruceros

En esta pequeña porción de tierra llamada Mallorca en la que vivimos rodeados por el Mediterraneo nos hemos empecinado, si o si, en vivir cada verano como si fuera 'el dia de la marmota' y repetir hasta la saciedad polémicas y debates que, por ahora no nos han llevado a buen puerto.

Digo esto a unos días escasos de abrir oficialmente la puerta al verano y solo unos pocos días después de que se abriese la veda a uno de los debates más recurrentes del momento; el de los cruceros y su llegada a Palma.

 

Hemos invertido mucho tiempo y esfuerzo en conseguir que Palma fuera considerada una de las escalas imprescindibles en el Mediterráneo para este tipo de turismo que, según dicen los comerciantes y restauradores, se deja mucho dinero en cada escala que realiza. Este buen posicionamiento se nos puede diluir de manera mucho más rápida de lo que imaginamos si nos cargamos nuestra propia imagen. Ya lo han advertido así las principales organizaciones empresariales locales.

 

Cierto es que no debemos ni podemos morir de éxito. No podemos ampliar más las instalaciones portuarias ni dejar que el centro de Palma sea un parque temático para cruceristas. No podemos ni debemos consentir la saturación. Tampoco podemos dar la espalda a los avisos ecologístas que alertan de la contaminación en el puerto y la Bahía de Palma.

 

Todos estos son argumentos de peso que no deben obviarse para nada. Ahora bién de ahí a limitar la llegada de cruceros de forma tan restrictiva, media un océano por enmedio. En mallorquín tenemos una expresión que dice que : 'Les mases sempre fan mal'. Es decir, que pasarse de frenada en cuanto a restricciones o también, en el otro extremo en cuanto a liberalizar absolutamente las escalas sería negativo.

 

 

La clave está en racionalizar y organizar la llegada de barcos de forma escalonada intentando evitar las grandes puntas. Me consta que se está trabajando ya en ello tanto desde los operadores turísticos como por parte de las autoridades políticas.

 

Además de ello tenemos que aprender a diversificar y repartir mejor a los turistas. Hay que incentivar más que en Mallorca hay algo más que Palma y con excursiones adecuadas toda la isla se podría beneficiar de estos cruceristas. Incluso dentro de Palma, a pesar de los intentos en positivo que se han realizado, aún queda mucho para conseguir una equilibrada distribución del flujo de turistas.

 

Ah, Y no me olvido del tema para nada menor de la contaminación. En este sentido, las grandes navieras estan haciendo un esfuerzo enorme para tomar medidas destinadas a reducir el impacto medioambiental de estos enormes barcos. Pero además, la reducción de la contaminación no se logrará restringiendo solo los barcos en Mallorca. Eso es una ingenuidad ya que en el mar ni hay fronteras ni barreras de contención.

 

Lo que hay que hacer, en todo caso es que todos los países del mundo adopten un marco regulatorio común, más estricto y pactado con las empresas para que la huella que dejen estos cruceros en los mares sea cada vez menor.

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