viernes. 26.04.2024

¿Son las cenizas del comercio, o su resurgimiento?

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Hace tan sólo unas semanas que nuestro comercio de proximidad ha recibido una nueva dosis de negatividad provocada por la apertura de nuevas grandes superficies.

 

Malherido nuestro comercio tradicional, parece ahora, que sólo le queda esperar a que sus fuerzas le flaqueen, que su suerte le consuma, y que sus cenizas invadan lo que quedará de él.

 

NO OBSTANTE, existe una estirpe integrada por comerciantes orgullosos de su negocio. De mercaderes modernos que han sabido combinar la tradición con la innovación. De detallistas que han podido comprender la importancia de la renovación frente a su indecisión. De negociantes instruidos que han sustituido la intuición por la razón. Vendedores que han sabido adaptarse a la época de esta sazón.

 

Existen unos comerciantes contemporáneos que saben que de la tradición podrán obtener un determinado estilo. Otros saben que de la deducción obtendrán concreción, y otros no saben que de la suposición solo obtendrán frustración. Mi mayor respeto a todos aquellos que han sabido reinventarse.

 

Mi consideración a todos aquellos y aquellas que han comprendido que las diferencias entre la fatalidad y la fortuna son el individualismo, la falta de ambición, el egocentrismo, la ingratitud y el desinterés por cualquier tipo de asociación. Porque todos los que han sabido superar la fatalidad para dirigirse a la fortuna, sabrán resistir los vientos desfavorables. A los demás, les lloraremos conforme a nuestra tradición…

¿Son las cenizas del comercio, o su resurgimiento?