sábado. 27.04.2024

De Villarejos y detectives

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De tanto en tanto, me gusta comentar con amigos y allegados, todos ellos ajenos a las diferentes profesiones relacionadas con la investigación de hechos y personas, las noticias que aparecen en los medios de comunicación sobre los dos tópicos que encabezan esta columna, Villarejo y detectives. 

El primero, cual participante en Operación Triunfo o Gran Hermano, tuvo su momento de gloria mediática (muy a su pesar), y periódicamente aparece de nuevo en los titulares merced a alguna de las declaraciones que realiza en alguno de los juicios que tiene pendientes.

De los segundos, habitualmente ignorados y desconocidos, servidor forma parte desde hace ya unos años, tantos, que podrán quizás acusarme de falta de objetividad, pero no de escaso conocimiento del sector. Habituados a aparecer en los titulares de los medios de comunicación cuando las cosas se hacen mal y quedar cubiertos detrás de un manto de secreto profesional cuando se hacen bien, resulta complicado tener una imagen pública cuando menos aceptable.

Y tiene lugar esta reflexión a tenor de la nueva aparición de Villarejo en un titular, manifestando que Soraya Sánchez de Santamaría utilizó al CNI como una agencia de detectives, cuando el centro de inteligencia español tenía su dependencia en el ministerio encabezado por la ex política del PP. Adivino que la intención de Villarejo era la de denostar al CNI al hacer la comparación, dada la diferente importancia entre ambos gremios.

Aclaremos conceptos: El CNI, institución pública cuya principal función es la aportar información al Gobierno de la Nación que resulte determinante para garantizar la estabilidad del Estado de derecho, la integridad del Estado y la prevención y lucha contra el terrorismo. Los detectives privados, únicos profesionales habilitados para aportar informaciones sobre hechos privados a instancia de parte.

Para completar el panorama investigador español, comentar que las investigaciones policiales se centran en los hechos constitutivos de delito. Así, y resumiendo: el detective privado, hechos privados. Policía, delitos públicos. Y CNI, obtención de información. La línea de actuación de cada sector es clara y diferenciada, si bien, como un servidor suele decir “la ley es testaruda, pero la realidad lo es todavía más”.

Y es que aunque la ley delimite de forma clara la actuación de una investigación privada, esta puede traspasar la línea fácilmente y convertirse en una investigación pública (y de hecho pasa muy habitualmente), y sí, de hecho, puede derivarse también en algo que afecte a la estabilidad del estado.

Y todo esto que suena muy bien, ¿Qué relación tiene con las declaraciones de Villarejo? Denostar al CNI comparándolo con una agencia de detectives (minimizando la importancia de estos es como denostar a la policía local comparándola con la policía nacional o la guardia civil. O comparando un vigilante de seguridad con un policía local. Dimensiones diferentes, ámbitos diferentes, pero idéntica profesionalidad.  Pinchar un teléfono o realizar un seguimiento a una persona son parte de las funciones del CNI, ya sea el investigado un peligroso terrorista declarado, un farsante con el ego más grande que su boca o la autora de la canción del verano. Todos ellos, en algún momento, fueron centro de investigaciones que afectaban a los intereses del CNI, y por tanto de todos los españoles, y que fueron desarrolladas dentro de la ley.

Igualmente, los detectives privados desarrollamos una actividad, legal, legítima, autorizada por el Ministerio del Interior y verificada por el CNP. Pero la palabra clave, es legal. Aunque, como en cualquier profesión, haya ovejas negras y los titulares de prensa insistan una y otra vez en señalar al colectivo de la investigación privada solo cuando la noticia es negativa, nuestra actividad está presente en el día a día de empresas y particulares, y en no pocas ocasiones, han llegado al ámbito público y quizás, al ámbito de la seguridad nacional. Pero siempre dentro de la ley.  

Villarejo, por cierto, nunca fue detective: Actuó como tal sin tener ninguna de las habilitaciones que exige la profesión, simplemente vendiendo al mejor postor cualquier información clasificada a la que tuviera acceso, que eran muchas gracias a su posición de comisario y agente del CNI. Así que no, estimado ex comisario.

La diferencia, no está en el ámbito de actuación de los diferentes cuerpos investigadores: está en la forma de llevar a cabo las obligaciones de cada uno, y en definitiva, en el respeto al imperio de la ley

De Villarejos y detectives