sábado. 04.05.2024

Las bolsas ignoran al FMI

Las Bolsas, sobre todo las europeas y la japonesa, han vivido una de las mejores semanas del año, impulsadas por algunos buenos datos procedentes de China, por resultados de los Bancos americanos que, aun siendo malos, han mejorado las estimaciones de los analistas, y por la remontada del petróleo, que desde los mínimos de marzo ha subido ya más del 50%. La idea con la que finalizábamos nuestro anterior comentario, de un posible recorte al empezar la temporada de publicación de resultados ha sido sustituida justo por la contraria, con subidas del 6,5% para el Nikkei y del entorno del 5% para el Eurostoxx, el Ibex y el Dax. Las subidas semanales han sido más moderadas en las Bolsas americanas (+1,8% el Dow y el Nasdaq, +1,5% el S&P) y en las emergentes, si bien el MSCI Emerging Markets en dólares sube en la semana un 3,6%, que sería un 4,7% si lo pasamos a euros.

 

Los Bancos han tenido mucho que ver en esta "remontada". Casi todos los grandes Bancos europeos han subido el 10% o más en la semana, convirtiendo así a la banca en el sector estrella. Una de las razones puede estar en los primeros los resultados publicados por los Bancos americanos. Aun no siendo buenos (caídas de beneficios respecto al año pasado del 6,7% para JP Morgan, del 27% para Citi, del 18% para Bank of America y del 5,9% para Wells Fargo) las cifras han superado las estimaciones de los analistas y las cotizaciones en general han subido tras los anuncios. Es curioso como esos resultados "menos malos" de lo previsto han impactado positivamente no sólo en la cotización de los Bancos americanos, sino, sobre todo, en la cotización de los Bancos europeos, varios de los cuales han subido en la semana el diez por ciento o más.

 

Pero ha habido también otros catalizadores de la subida bursátil. El primero de ellos, China. El miércoles pasado China publicó la balanza comercial de marzo, con una fuerte subida del 11,5% en las exportaciones, y también con un alza en las importaciones de materias primas. Estos datos, unidos al anuncio de un crecimiento del 6,7% del PIB en el primer trimestre han aliviado bastante las preocupaciones sobre una desaceleración de la economía china, que es uno de los temas que más pesa en los mercados desde el pasado verano.

 

Otro factor positivo ha sido la evolución del petróleo. Desde los mínimos de 26 euros de hace menos de dos meses, los futuros del crudo (WTI) han subido más de un 50%, y cerraron el pasado viernes en 40,4 dólares barril.

 

Por último (last but not least) las divisas también han jugado su papel, al relajarse ligeramente la presión sobre el yen y el euro, fortaleciéndose el dólar hasta los 1,128 dólares por euro a los que cerró el viernes (los mínimos del dólar de la semana, el pasado martes, se acercaron a los 1,15 dólares por euro) y hasta los 108,7 yenes por dólar. Un dólar débil no deja de ser un serio contratiempo para las políticas de Kuroda en el Banco de Japón y de Draghi en el BCE, ya que la fortaleza del euro y del yen impide conseguir los objetivos de inflación deseados.

 

Todos estos factores han dado como resultado una semana bursátil muy buena, pero no deben impedirnos ver los problemas de fondo que probablemente van a seguir poniendo techo al despegue de los mercados.

 

El primero es la desaceleración del crecimiento. El pasado martes el FMI recortó, en su reunión de Washington, la estimación de crecimiento global al 3,2% desde el 3,4% de enero. Es la cuarta revisión a la baja del crecimiento global en un año y va en línea con el calificativo de "mediocre" que la Directora del FMI, Christine Lagarde, suele aplicar a la situación de la economía global.

 

Esta visión "mediocre" de lo que nos espera en la economía se ve también en los Bancos, y por eso es muy llamativo que el mercado no haya dado importancia a las caídas en los ingresos de los grandes Bancos americanos (JPM, Citi, BoA, Wells Fargo) que se ven claramente en las cifras que, por ahora, se han publicado. En este sentido la decisión de Goldman Sachs de poner en marcha un amplio plan de recorte de costes es un claro aviso para navegantes, ya que Goldman suele anticiparse bastante al futuro, y parece, al tomar esta decisión, que no ve claros los ingresos en los próximos trimestres. Es fácil pensar que los restantes Bancos, americanos y europeos, seguirán esta misma línea, como ya lo han empezado a hacer algunos Bancos españoles (Santander, Caixa,...) por lo que veremos reestructuraciones importantes en el sector, con impacto en el empleo y la demanda.

 

En este contexto de crecimiento "mediocre" hay que situar un segundo problema, el de los tipos nominales negativos, que afectan de forma clara al sector bancario y asegurador y distorsionan de forma muy grave el buen funcionamiento de los mercados. Tanto el BCE como el Banco de Japón insisten en esta política de tipos nominales negativos, a la espera de que generen crecimiento económico, pero por ahora lo que sabemos es que crean problemas y lo que está por ver es si van a estimular la demanda. Esta pasada semana varías voces cualificadas, como el Director del FMI, José Viñals, el presidente de la mayor gestora del mundo (Black Rock), Larry Fink, y el ministro alemán de economía, Wolfgang Schäuble, entre otros, han vuelto a recordar, en distintos foros, los peligros que a medio plazo genera una situación tan anómala y tan "contra natura" como es la de los tipos nominales negativos.

 

La situación puede agravarse si llega la, por otro lado, tan deseada inflación. Tal y como decíamos en nuestro comentario de la semana pasada, en EE.UU., con una inflación subyacente del 2,3%, ese escenario de posible repunte de la inflación está más cercano y si llega la Fed va a tener dificultades para no subir los tipos, desatando así muchos de los problemas que ahora están latentes.

 

Un factor clave, tanto para las Bolsas como para la inflación, es el petróleo. Tras el encuentro de Doha de este domingo, lo normal es esperar que a corto plazo haya una consolidación de precios entre 35 y 45 dólares barril. Es posible que esa banda de precios la veamos durante algún tiempo, antes de seguir subiendo. Pero, a medio plazo, el crudo repuntará por el ajuste de la oferta y en ese momento la inflación subirá inevitablemente.

 

Entramos en una semana importante de resultados empresariales. Un quinto de las empresas del S&P y catorce de las treinta empresas del Dow publican sus cifras del primer trimestre. Entre ellas varias "big tech" como Alphabet, Microsoft, o IBM, bancos de inversión como Goldman o Morgan Stanley, empresas de consumo como Coca Cola o Johnson & Johnson, e industriales como General Motors. Además, el viernes conoceremos el PMI preliminar de manufacturas de la economía americana en abril y los PMI preliminares de la eurozona.

 

Tras haber repuntado entre un 10% y un 20% desde los mínimos del pasado febrero, los principales índices bursátiles, y sobre todo el S&P, se encuentran en una situación técnica interesante. Si rompen al alza van a dar una señal técnica clara de continuidad del rally, al cruzar medias móviles importantes. Pero si giran a la baja indicaran la formación de un largo techo redondeado, que presagia mayores recortes a medio plazo. Esto hace que haya división de opiniones entre los analistas, algunos pronostican un S&P en niveles de 2.250 puntos a fin de año mientras otros sitúan al S&P por debajo de 1.700 en los próximos meses.

 

Se trata de ver, en definitiva, si las subidas de marzo y abril abren un nuevo ciclo alcista o son más bien un rebote dentro de la tendencia lateral bajista que iniciaron las Bolsas el pasado verano. En coherencia con nuestra idea de que el ciclo monetario que ha impulsado a las Bolsas desde el 2012 está agotado, pensamos que las subidas tienen un techo claro y situaríamos ese techo en torno a los máximos de noviembre y diciembre de 2015.

 

Las Bolsas europeas están aún lejos de esos niveles y, por tanto, tendrían capacidad de subida, pero el S&P y el Dow están ya en los máximos de noviembre pasado y, si es correcto el diagnóstico del FMI y la desaceleración del crecimiento tiene su reflejo en las cuentas de resultados que se van a ir presentando, lo dudoso es que el S&P pueda romper al alza.

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