domingo. 05.05.2024

Salve Francina

Estos días Ciutat amaneció con posters en los cuales la presidenta Armengol aparece vestida con un traje poco favorecedor. Luce un uniforme nazi el cual, desafortunadamente nos hace retroceder a tiempos los cuales la mayoría de nosotros nos gustaría que nunca hubieran acontecido.

 

El texto que acompaña esta desagradable imagen de la presidenta Armengol reza con un ligero sarcasmo: METGE: MENYS SALVAR VIDA, MÉS PARLAR CATALÁ.

 

Supongo que el ímpetu de las reivindicaciones lingüísticas es inversamente proporcional a la gravedad del sufrimiento que uno padece. ¿Cual es el momento crítico a partir del cual un extremista lingüístico acepta ser atendido en castellano? ¿Se puede medir este momento crítico? ¿De aquí poco tendremos los primeros mártires que prefieren morir antes de ceder sus derechos lingüísticos?

 

Como humilde extranjero residente en la isla que considera idiomas puentes, no abismos, que intenta expresarse libremente en castellano y en mallorquín o en una mezcla de ambos y cuyos hijos son multilingües, como no, incluyendo el mallorquín, considero que, como siempre, todo es una cuestión de extremos y de actitud. Los extremos no son buenos y la actitud lo es todo. ¿Porque perdemos tanto tiempo en discusiones que no centran su tiro?

 

Estamos continuamente meando fuera del tiesto y los políticos lideran con el peor ejemplo. Queremos ofrecer una sensación de falso progreso, de falsa libertad, ahora incluso a los menores de edad o mejor dicho a sus padres cuyos cerebros ya han sido lavados, para que sus churumbeles puedan elegir libremente su sexo. A donde hemos llegado?

 

¿Esto es libertad?

 

Nos prohíben pensar libremente. Nos prohíben cuestionar. Nos bombardean continuamente con una artillería de argumentos supuestamente irrefutables. Pero nos permiten elegir libremente el sexo y esto sin intervención quirúrgica o hormonal alguna? Sin duda alguna hay casos que merecen toda la atención medica.

 

Pero hay otros que no la requieren y menos aun la atención mediática. ¿Y si me siento caballo, puedo ser caballo ante la ley? El lavado de cerebro ha llegado a tal grado que pocos son capaces de tener una visión lo suficientemente distante e imparcial para diferenciar entre la libertad real y la farsa de libertad que este gobierno y sus aliados nos impone. Mientras que reivindican su rechazo al fascismo, son ellos mismos los que usan rasgos similares para manipular una opinión pública cada día más moldeable a su gusto al haber decaído el nivel educativo, el nivel de pensamiento crítico y ha aumentado el nivel de dependencia de las ayudas públicas.

 

Para la multitud la verdad es lo que lee y escucha continuamente en los medios de comunicación, en su gran mayoría bajo la tutela de un gobierno que niega esta tutela. Si estos medios nos dicen que esto es libertad, lo es, independientemente de lo mucho que nos hemos alejado de la verdadera libertad.

 

Viendo las noticias en TV1, las cuales cada día se asemejan más a un programa de telebasura, con entrevistas insignificantes, con pequeñeces que ocurren a nivel nacional, tapan lo verdaderamente relevante a nivel nacional e internacional con esa capa de irrelevancias.

 

Como es de actualidad, no puedo terminar con un deleite muy particular: las declaraciones de Reyes Maroto, ministra de industria, comercio y turismo, la cual, sin la más mínima consideración por los pobres ciudadanos españoles que están en estos momentos perdiendo sus hogares, no le pasa nada mejor por la cabeza que considerar las erupciones volcánicas en La Palma como un reclamo turístico aprovechable.

 

Quizás José Hila debería invitar a Reyes Maroto para una sesión de brainstorming para que le enseñe como sacar provecho comercial al estado lamentable en el cual este consistorio ha dejado caer nuestra ciudad.

 

Errare humanum est, perseverare diabolicum!

Salve Francina