jueves. 25.04.2024

Que una empresa cumpla 50 años no es algo muy común en los tiempos que corren. Que además sea una empresa dentro de la restauración menos todavía. Y si ya decimos que estamos hablando de un restaurante en la zona de la playa de Palma estamos ante un caso casi excepcional.

Ca’n Torrat fue uno de los restaurantes pioneros allá por los años 70 que apostó desde un primer momento por la calidad del producto, una asombrosa sencillez en sus platos y el trato cercano y personal. Podríamos definir a Ca’n Torrat como la gran terraza con barbacoa mallorquina de la playa de Palma en verano, o el gran y cálido salón comedor con su tradicional chimenea en invierno.

Ca’n Torrat ha sido capaz de ser fiel a sus orígenes y principios sin sucumbir a modas pasajeras ni perder su esencia: una carta condensada, una clientela exigente y fiel y un servicio a la altura de las expectativas. Las brasas actuales son exactamente las mismas que se crearon hace 50 años.

Los propietarios consideraron que era un buen lugar para hacer una parada con las excursiones a caballo, y que los turistas pudieran torrarse ellos mismos su propia comida. De ese modo podían conocer un poquito más la típica tradición Mallorquina de ‘fer torrada’. 

Eso que en un primer momento se pensó como una buena forma para entretener a los turistas, poco a poco fue cobrando vida y se fue pareciendo cada vez más a lo que viene siendo un bar / restaurante con camareros, bebidas y servicio propio. Hasta que en 1972 se inauguró como tal, ya con servicio de parrilleros que torraban la comida y camareros que te servían en un nuevo salón.

Con los años, Ca’n Torrat se convirtió en parada obligatoria de residentes, familias y amigos, aunque también de todos aquellos turistas que visitaban Playa de Palma. Poco a poco desaparecieron los caballos y aparecieron las discotecas. En aquellos famosos años 80, Ca’n Torrat estaba abierto 24 horas. Y no penséis que había un menú especial para desayunos, comidas o cenas. Era exactamente la misma carta que ofrece hoy en día pero con servicio 24 horas. Había gente que comía pronto, otros que pasaban el día en la playa y querían comer tarde o cenar pronto, y muchos otros que salían de las discotecas y querían disfrutar de una buena carne antes de irse a la cama.

Esa fue la esencia de Ca’n Torrat durante muchos años, estar abiertos a cualquier hora. Todavía hoy en día, muchísimos clientes llegan preguntando ‘’¿Y seguís abierto todo el día y toda la noche?’’. La respuesta es no. Poco a poco Ca’n Torrat se fue desvinculando del mundo de la noche y, desde hace unos años, Ca’n Torrat tiene abierta la cocina unas 12 / 13 horas diarias de manera ininterrumpida, por lo que sigue teniendo un horario mucho más amplio de lo habitual, aunque mucho más reducido que unas décadas atrás.

Lorena Bauzá, de la tercera generación de propietarios junto a los dos camareros más veteranos del local-
Lorena Bauzá, de la tercera generación de propietarios junto a los dos camareros más veteranos del local-

Hoy en día, los propietarios nos comentan que su mayor orgullo es seguir siendo los mismos que hace 50 años. Nos comentan que ‘’Ca’n Torrat es una pequeña gran familia que ha mantenido su esencia y su carta desde 1972 y estamos profundamente orgullosos de haberlo conseguido. No ha sido un camino fácil y al final son muchos años de trabajo y, sobre todo, de cambios, pero creemos que hemos sabido adaptarnos a la realidad, a las nuevas tecnologías, e incluso a estos últimos años de pandemia. También tenemos a muchísimos clientes tanto residentes como extranjeros que son muy fieles a la casa y a quienes apreciamos mucho. Probablemente gracias a ellos hoy en día Ca’n Torrat sigue siendo un referente en la isla.’’

Can Torrat reúne una serie de curiosidades que lo hacen único. Para empezar no cuenta con cocineros sino con carniceros que 'torran' la carne en la brasa. Además, la carne se corta en el momento en el que se pide al camarero, y una vez cortada se lleva a parrilla para ser cocinada.

Las brasas de la parrilla solo se apagan el 24 y el 31 de diciembre. En Can Torrat no hay las típicas salsas a la pimienta o roquefort para acompañar. La carne es tan fresca, jugosa y sabrosa, que no necesita nada más para estar buena.  El fuego de la parrilla es de leña y en gran parte, de encina. Siempre se han usado los mismos tipos de leña, de manera que nunca se ha perdido la esencia de las brasas y el sabor tan peculiar que ofrecen.

Ca’n Torrat; el restaurante sin cocineros, cumple 50 años