Convocada por el presidente de Restauración Mallorca CAEB, Alfonso Robledo, y presidida por el secretario general de CAEB, Sergio Bertrán, y el presidente de ACOIPAM (Asociación de Comerciantes e Industriales del Paseo Marítimo), Manolo Jiménez, la reunión ha contado con representantes del propio sector de bares y restaurantes, AFEDECO (Comercio), ABONE (ocio nocturno), ANADE (puertos deportivos), APEAM (actividades marítimas), FEBT (transportes), AEGY (grandes yates), ASHPAMA (Hoteleros de Palma), Auditòrium, empresarios de diversos locales afectados, Grupo Palma Ocio y la Comunidad de Vecinos de la Avenida Gabriel Alomar.
Los más 60 afectados reunidos (entre asociaciones y empresarios) han defendido una reforma “necesaria”, al tiempo que han acordado de forma unánime solicitar una reunión urgente a las administraciones responsables de las obras del Passeig Marítim para trasladarles la “preocupación empresarial” por los efectos negativos que están provocando una “errónea planificación. Han levantado todo el Marítimo de golpe, aislando los negocios con vallas, eliminado la mayor parte del aparcamiento y sin saber por cuánto tiempo”.
Entre sus reivindicaciones al Ajuntament de Palma y la APB está poder tener “voz y voto” en la planificación durante el tiempo que duren las obras, más plazas de aparcamiento, mejora generalizada en la movilidad y una mejor señalización. Pero, principalmente, “necesitamos ayudas económicas directas o rebajas y/o eliminación de las tasas e impuestos para sobrevivir mientras no podamos realizar nuestro trabajo. Estamos pagando las terrazas que llevamos semanas sin poder utilizar”, aseguran.
Además, empresarios y asociaciones están a la expectativa del aparcamiento disuasorio proyectado más allá de Porto Pi y previsto para marzo, que “debería contar con buses lanzadera continuos porque, si no, tampoco sirve de nada. Nos dijeron que el Marítimo estaría abierto todo el año, pero lo han incumplido”. La desinformación sobre el plazo de las obras y la “alarmante falta de aparcamiento” son las principales quejas empresariales.
Los afectados también solicitarán a las autoridades competentes que las obras puedan minimizarse “todo lo posible durante la temporada alta”, de mayo a octubre, para “evitar el cierre masivo de negocios” y que se pueda “salvar la próxima campaña turística”.