miércoles. 24.04.2024

¿Y tú de quien eres?

La toma de decisiones es un proceso en el que tu manera de ser es decisiva. En este aspecto, la psicología nos puede resultar muy útil para entender nuestro comportamiento ante determinadas situaciones.

 

En los 90 el grupo español No me pises que llevo chanclas cantaba aquello de … “¿Y tú de quién eres?” Pues bien, para responder a esa pregunta existen herramientas que nos ayudan a “etiquetar” nuestra personalidad.

 

Pese a no ser muy amiga de las etiquetas, debo reconocer el sentido práctico de encuadrarnos en una clasificación. Según seamos, a la hora de tomar decisiones actuaremos de manera muy distinta. Y eso llevado al terreno financiero es decisivo.

 

Entre esas herramientas se encuentra el eneagrama que distingue hasta 9 tipos de personalidad diferentes. Los llamados eneatipos son: reformador, ayudador, triunfador, individualista, investigador, leal, entusiasta, desafiador y pacificador.

 

Tengo claro que el mío es el 7: el entusiasta. Pero... ¿Dejarse llevar por el entusiasmo es bueno en finanzas? Quizás no sea lo más conveniente y por eso es tan importante entrenar nuestra mente: para conseguir tomar las mejores decisiones.

 

Un exceso de optimismo podría alterar nuestra capacidad de crítica a la hora de elegir un producto de inversión, no haciéndonos ver los posibles riesgos que tenga: ¡Sólo vemos lo bueno!

 

Pero para seguir analizando cómo afectan los tipos de personalidad a nuestras inversiones, en vez de centrarnos en los eneatipos yo prefiero hablar de temperamentos financieros.

 

Según la RAE, el temperamento es el “Carácter, manera de ser o de reaccionar de las personas”.

 

Por tanto, nuestro temperamento será decisivo a la hora de tomar una decisión que afecte a nuestro dinero.

 

Los médicos griegos Hipócrates y Galeno ya hicieron una clasificación de temperamentos que a día de hoy, continúa vigente. Según ellos, existen 4 temperamentos básicos:

 

Temperamento sanguíneo. Las personas que tienen este temperamento son “el alma de la fiesta”: muy sociables, poco disciplinadas, de carácter alegre y emocionalmente inestables.

 

Temperamento colérico. Son personas activas, enfocadas al logro (consecución de metas), disciplinadas, independientes y confían en sí mismas. Tienden a ser dominantes e impacientes.

 

Temperamento melancólico. Las personas con temperamento melancólico suelen ser sensibles y creativas. Tienen una fuerte capacidad analítica, por lo que siempre estudian los pros y los contras antes de tomar cualquier decisión. Tienden a ser depresivas y muy autocríticas consigo mismas.

 

Temperamento flemático. Personas muy tranquilas y equilibradas. Suelen controlar bastante bien sus emociones y tienen un gran sentido del humor. Sin embargo tienden a la pasividad y les cuesta horrores salir de su zona de confort. A la hora de tomar decisiones, son personas muy indecisas.

 

¿Cómo actuarían estos temperamentos a la hora de tomar decisiones que tengan que ver con el dinero? Lo veremos uno a uno:

 

Temperamento sanguíneo. Son personas cien por cien sociales. Todo lo que tenga que ver con las finanzas les aburre muchísimo. Disfrutan gastando dinero con los demás. Su falta de orden y disciplina les lleva a no tener ningún control sobre su dinero. ¿Recomendación? Deben hacer un sobreesfuerzo para controlar y organizar sus finanzas o de lo contrario se meterán en una espiral de endeudamiento de la que es difícil salir.

 

Temperamento colérico. Se caracterizan por ser personas emprendedoras, con el foco siempre puesto en conseguir sus metas. Precisamente ese exceso de confianza en sí mismos/as hace que a menudo se precipiten en su toma de decisiones financieras, sin analizar las consecuencias que éstas puedan tener. ¿Recomendación? Tienen que bajar de su pedestal y analizar detenidamente sus decisiones financieras. Si para ello tienen que sentarse a negociar, pues se negocia.

 

Temperamento melancólico. Su fuerte capacidad analítica, les lleva a tomar buenas decisiones en el terreno financiero. Sin embargo, es un arma de doble filo porque precisamente por ello, se piensan las cosas mil veces antes de tomar una decisión. ¿Recomendación? Las personas melancólicas deben aprender que tomar decisiones implica siempre un riesgo y tienen que asumirlo en lugar de esconderse y no hacer nada.

 

Temperamento flemático. Su frase es “Virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. Si les va bien algo, ¿para qué complicarse la vida intentando hacer alguna mejora? Recomendación: ¡Actúa! Es hora de “mojarse”.

 

No hay nada como conocerse bien, para aprender a afrontar las cosas y tomar decisiones al respecto. Y tú… ¿De quién eres?

¿Y tú de quien eres?
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