viernes. 29.03.2024

Euforia

Estábamos instalados, desde hace muchas semanas, en una nube de resignación absolutamente deprimente. Ya habíamos pasado por un confinamiento estricto, por una montaña rusa de restricciones y desescaladas y casi todos andábamos agotados psíquicamente.

 

Con la actividad de la restauración prácticamente anulada y grandes limitaciones personales en cuanto a encuentros sociales, la consigna era muy clara. Había que llegar al verano con una situación sanitaria buena. Aunque ello reportara unos sacrificios enormes por el camino. Si no que se lo digan a los restauradores.

 

Hemos pasado en semanas de colistas en la lucha contra la pandemia a candidatos al título y eso que, como en todos lados tenemos irresponsables, más de los que parece, que podrían haber hecho torcer la cosa facilmente.

 

De la depresión hemos pasado literalmente a la euforia. Hace cuatro días que en los medios no hacemos más que acumular noticias positivas al menos en el plano turístico. Los grandes turoperadores nos ven como un destino seguro. Tui prepara ya programación de vuelos para finales de mes y unos días después las adelanta. Otras compañías empiezan a anunciar conexiones nacionales e interncionales con Palma.

 

Poco después Alemania nos saca de la 'lista negra' de destinos turísticos. La demanda para venir a Baleares se dispara con ello. Las aerolineas tienen que poner en circulación más aviones. Y encima llega Pedro Sánchez y pone 1.000 millones de euros para las empresas de Baleares.

 

Si exceptuamos a la enrevesada política murciana, nunca habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo. Parece que no haya mañana y que la euforia se haya disparado. Si, si, no se dice con la boca abierta sino en pequeños corrillos o 'off the record' pero hay sensación de subidón. Y esto preocupa.

 

Y es que estábamos necesitados de algo de positivismo y horizontes con mejores expectativas pero no corramos el pelibro de creernos que lo tenemos todo ganado. Basta girar la vista al pasado verano para comprobar lo frágiles que somos. Nos falta el esprint final en forma de vacunación másiva... Veremos cuando y como llegamos a el.

 

Mientras tanto moderación por que los hoteleros mismo son los primeros que advierten que la mitad de la planta hotelera va a estar cerrada este verano y por lo tanto esto equivale a la mitad de los trabajadores en casa y cruzando los dedos para que los ERTES lleguen a fin de año.

 

Y si los hoteles estan a medio gas, todo el mundo estará a medio gas. No nos engañemos.

 

Siento ser tan dramático. El único objetivo que debemos buscar en esta temporada es tomar el aire suficiente para que nuestra industria turística, y por lo tanto nuestra economía pueda llegar al final de la pandemia con la vitalidad de emprender la verdadera reconstrucción.

 

Y aquí tendrá mucho que ver la buena gestión de los políticos, la valentía de los empresarios y también la panacea que muchos han visto en los famosos fondos europeos Next Generation.

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