jueves. 28.03.2024

¿Algo está cambiando?

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Hace unos días Ikea a nivel nacional anunciaba un nuevo convenio con los trabajadores por el cual se les aseguraba dos días libres consecutivos cada semana y muchos menos festivos y fines de semana laborables al año.

 

Poco después Banco Santander cerraba con los sindicatos que, a partir de ahora, los empleados no tendrán que contestar mensajes, ni mails ni llamadas del trabajo fuera de su horario laboral.

 

Puede que solo sean dos gotas en un universo empresarial pero son dos empresas emblemáticas, dos medidas especiales. ¿Pueden marcar tendencia en un futuro inmediato? ¿Algo está cambiado en la filosofía empresarial y laboral de nuestro país?

 

No sé contestar ambas preguntas. Puede que alguno de ustedes sí i que además conozcan más casos recientes en los que se empieza a aplicar una conciliación real y efectiva entre la vida laboral y la personal y familiar.

 

A pesar de ser realista, personalmente prefiero ver el vaso medio lleno y pensar en positivo. Quiero dar un margen de confianza a una nueva mentalidad empresarial que ya es está extendiendo y que, al fin, no mide el valor del trabajo en función de las horas de presencia en una empresa sino por el rendimiento real de los trabajadores.

 

"¿Cuanto vale una idea genial? ¿Cuanto vale una actitud positiva en la oficina que se contagie a todos los trabajadores?"

 

Cada año aparece la típica encuesta que refleja que los españoles lideramos los rankings de horas de trabajo semanales pero curiosamente, en esos mismos rankings, nos vamos a las cavernas en cuanto a rendimiento real. Allo falla en este sistema, y hay que ajustarlo. Con el elevado grado de competencia que padecen las empresas y la presión por sacar adelante el trabajo de forma rápida y efectiva, seguramente tenemos que cambiar muchos chips.

 

¿Cuanto vale una idea genial? ¿Cuanto vale una actitud positiva en la oficina que se contagie a todos los trabajadores? ¿Cuanto vale un liderazgo motivador? ¿Cuanto vale un proyecto acabado en tiempo y forma gracias a la misma inercia de los trabajadores y no a  la presión de los jefes?

 

No tiene precio. Y solo se consigue con un equilibrio entre lo profesional y lo laboral. Personalmente reconozco que mis pequeñas grandes ideas, mis soluciones, la llave a un problema siempre me llega de forma natural y sin forzar en los momentos en los que la mente está relajada y no sometida al estrés laboral.

 

Entonces ¿Por que no cambiar las normas? ¿Por qué no imitar en lo positivo a las grandes empresas que lideran la innovación y la creatividad en el mundo?

 

Espero y deseo que a Ikea y Banco Santander les sigan otras empresas trabajando en este misma dirección.

¿Algo está cambiando?