miércoles. 08.05.2024

Una teta gigante

Tras varios meses de eclipse editorial propiciado por un cóctel como la ejecución de importantes proyectos laborales, un inoportuno covid colectivo navideño, y por qué no admitirlo, algo de perrerío mío, vuelvo con ganas de hablar de tetas. Entre otras cosas.

 

Tras despedir un 2021 de mierda para la gran mayoría de autónomos de este país, tocaba darle al botón del reset e intentar mirar este 2022 con un poco de perspectiva oteando el horizonte a la búsqueda de una brizna de ilusión con la que llenar los tanques de energía a un precio razonable.

 

Solo he necesitado pocas semanas de este nuevo año para caer en la cuenta de que lo nuestro no tiene remedio. Al menos a siglo vista. De los creadores de “Covid19”, “Pandemia” o “Vacunas”, llega la ahora la gran producción internacional con la que entretenernos: “La Invasión Rusa”.

 

Me han dicho que los actores principales son buenísimos. Spoiler: Una historia en la que un Señor amenaza a un país con invadirlo si no se hace lo que él dice y la trama se desarrolla con mucha tensión, intriga y dolor de barriga. Aparecen otros países en escena para intentar calmar el asunto y que haya los menos efectos colaterales posibles, pero el Señor los tiene agarrados por los cataplines ya que además de tener un gran ejército y armas sofisticadas cuentan con la ayuda de otros señores asiáticos que dominan las telecomunicaciones mundiales, entre otras cosas del querer. Y mientras unos y otros se visitan o se llaman para ver qué diablos se puede hacer, el resto de los mortales asistimos atónitos a la movida que traducida en números es que nos van a caer más palos en la factura de la luz, por ir al grano.

 

¿Alguien se ha fijado que todo recae en ella?, es peor que la muñeca de El juego del calamar. La cuestión es que no decaiga la audiencia. Los conflictos generan miedo y desestabilizan y se cargan las ganas de invertir con lo que obligamos a papá Estado a mantener la economía a flote pero la verdad es que papá ha gastado por encima de sus posibilidades y su deuda pública ronda el 120% del PIB, y eso no mola. Es-tu-pen-do.

 

No deja de maravillarme la facilidad que tenemos los humanos de liarla a cada momento, no vaya a ser cosa que nos quedemos tranquilos y tengamos tiempo de focalizarnos en crear un mundo mejor, repartir el pan y bla, bla, bla. Pero bueno oigan, podemos contraprogramar creando el Benidorm Fest y al menos un municipio se beneficia de la peregrinación de los “eurofans” y llenamos los hoteles al 60% en temporada baja. No es mala idea.

 

Me quedo con las ganas de ver una teta enorme en el plató de Turín el próximo mes de mayo mientras Rigoberta canta lo de mmmmmm, mamá! y no por la sororidad, que también, sino por el hecho de poder enseñar algo tan grande como una gigantesca peineta al mundo en señal de protesta. Pero bueno, que no tengo nada contra Chanel y su estupenda puesta en escena. Es guapa, canta bien, se mueve que no veas y tiene buenos productores. Lástima que esta propuesta llegue diez años tarde y hayamos mandado tantos “churros” al euro concurso.

 

Que digo yo que no interesará organizar tal tinglado en Spain, que seguro que cuesta una pasta y no está el horno para bollos. Y hablando de tetas. ¿Quién no se lo ha pasado teta viendo a nuestro Rafa dejarse el lomo en la cancha y ganarle al ruso en Australia?

 

Me gusta fantasear con la idea de que por un momento le hemos metido el dedo en el ojo al Señor ese que amenaza a Ucrania y a todo el que se menea. Toma. Por imbécil. De Nadal solo puedo decir tantas cosas buenas que este post dejaría de ser lo que es. Si de mi dependiera lo clonaría y haría un ejército de Rafas Nadales e invadiría el mundo con él a raquetazo limpio.

 

Pondría a España a fabricar millones de raquetas y pelotas de tenis y nos forraríamos. Desplegaríamos nuestros Rafas en las fronteras de aquellos tontos que quieren desestabilizar la economía mundial y les freiría a bolas de break. Pim pam, pìm, pam. Au! S’ha acabat sa tontería. (Como decimos los mallorquines) No digáis que no mola la idea.

 

P.d: Bueno que os tengo que dejar que voy a sacar los perros antes de una reunión con un cliente. Pero antes quiero recomendaros algunas cosas. Ni se os ocurra meteros en Bidoo a pescar algún chollo en las subastas, lo único que vas a conseguir es perder dinero y tiempo. Los que tengáis cripto como yo, tranquilos, tranquilas, tranquiles. Dicen los expertos que en cinco años nos reiremos de los que han vendido como locos, locas, loques. Como veis el mundo sigue siendo un precioso caos, gracias a Dior que Sara Jessica Parker ha vuelto para deleitarnos como Carrie Bradshow en And just like that…lástima que haya sido en HBO obligándome a pagar una cuota más.

Una teta gigante