jueves. 09.05.2024

Criptomonedas: Voy con todo

Como dice muy bien mi amiga @lavecinarubia en Twitter, “voy con todo”. Bueno, todo lo que se dice todo, no. Pero un pellizco, va a ser que sí. Hablo de invertir en cripto, que dicho así, abreviado, queda más cool, you know?

 

La verdad es que andaba reticente en esto de comprar criptomonedas, más que nada porque para una Bitcoin no me llega, ¿sabes?, pero en fin que todo el mundo a mi alrededor, bla, bla, bla, del mismo tema: que si me he comprado media Ethereum, que si he metido algo en Bitcoin Cash, tiatiatia que Litecoin va a subir,  que el FTX Token, Theter y Ripple son lo más y yo con cara de póker intentando adivinar si me están hablando de un pelotazo intergaláctico en Netflix y yo no me he enterado. Vaya que, o me pongo las pilas, o me quedo sin las bragas de mis sueños en las rebajas.

 

Así que ni corta ni perezosa me dispongo a investigar. Me meto en Internet y me asaltan muchas dudas:¿De verdad es rentable invertir en criptomonedas? Si la respuesta es afirmativa, ¿por cual moneda debo apostar?, ¿compro mucho de una o pruebo suerte con varias? y la gran pregunta ¿cuánto le meto sin pillarme los dedos?. Actualmente dicen que hay más de 8000 monedas virtuales, aunque hay que andar con cuatro ojos.

 

La verdad es que todo esto me suena a juego del Monopoly, solo que, si no sale como espero, me va a fastidiar más que irme a la Cárcel sin pasar por la Casilla de Salida y sin cobrar las 20.000 pesetas (si no lo entiendes, es que A:eres muy jóven o B:soy muy mayor), pero bueno, me digo que en el peor de los casos pensaré que he tenido una mala tarde en Las Vegas.

 

El caso es que navego un poquito y ¡zas! me convenzo en un pis pas. Que si el Banco de España advierte de los peligros de comprar criptomoneda indiscriminadamente debe ser porque es algo bueno para nosotros y malo para ellos, llamadme desconfiada. Además he visto que hay hoteles que aceptan cargos con criptomonedas. Y el dueño de Tesla pinta de tonto no tiene, así que si él compra, moi aussi.

 

Ni corta ni perezosa descargo la app de Coinbase y me dispongo a amasar una fortuna en cero coma. Me dice mi hijo que eso no va así, que no espere forrarme pronto sino con suerte a largo plazo, que me olvide de mi inversión por un tiempo, pero yo ya me imagino el verano en Abu Dhabi con una copa de Jellab en una mano y el bolso Baguette de Fendi (en amarillo), en la otra.

 

No le meto mucho, no vaya a ser que mis criptoactivos se descalabren. Lo suficiente para tenerme entretenida en el desayuno viendo como sube y baja la cosa. Mi primer subidón llega a los 8 días de haber invertido la modesta suma de 500€ (menos 25€ de comisión) en Ethereum y ver que la app me pone que en mi cuenta hay 754€, por poco se me saltan las lentillas mientras me atraganto con una quelita. ¿¡Más de un 25% de beneficio en menos de lo que tardo en acabar un bote de Nutella!?

 

Orgasmatrónico nivel Pro. Respira y expira nena, no perdamos la cabecita con todo esto. Como todo en la vida, lo que sube, baja y lo único que no engorda es lo que se queda en el plato. Honestamente no sé si habrá sido una gran decisión, pero el gusto que paso mirando cómo fluctúa mi cripto por las mañanas es casi comparable a comer “coca de cuarto” con chocolate en Can Joan de s’Aigo, ver fotos de gatitos o que te rasquen la espalda.

 

P. D. Ojo. Antes de cometer locuras o dejarte llevar por los impulsos consulta las criptodivisas legales y su correspondiente cotización en páginas como World Coin Index o CoinMarketCap, and good luck baby!

Criptomonedas: Voy con todo