jueves. 28.03.2024

La maldición del coche eléctrico

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Me encantan los vehículos eléctricos. De todos los tipos, ya sean vehículos para el día a día, deportivos, furgonetas o camiones. Me gustaría ver barcos con propulsión eléctrica, incluso aviones de pasajeros eléctricos… (eso tardará un poco en llegar). El futuro es eléctrico, ¿no?

 

Si, debería, pero por ahora no podrá ser. Dejadme explicar por qué.

Los vehículos eléctricos actuales son todo ventajas, exceptuando 3 problemas genéricos:

  • Precio
  • Autonomía
  • Tiempo de carga

 

Todo lo demás son ventajas. La entrega de potencia es espectacular y dosificable. Son más sencillos mecánicamente con menores gastos de mantenimiento y menos fallos mecánicos. La suavidad de marcha es envidiable. Aunque sean más pesados, tienen un centro de gravedad más bajo lo que mejora la manejabilidad. Silenciosos hasta el aburrimiento, pudiendo circular sin molestar a vecinos o peatones. Mayor espacio interior al eliminar todo el sistema mecánico de propulsión…

Entonces, ¿por qué motivo no está funcionando el Plan Moves del Gobierno?

El Plan Moves es un programa de ayudas para la compra de vehículos eléctricos y para la instalación de puntos de recarga. Es una herramienta para promover el uso de coches eléctricos y de esta manera reducir las emisiones y el consumo de combustibles fósiles.

Actualmente estamos en el Plan Moves III, que finaliza en Diciembre 2023. Tiene una asignación de 400 Millones €, prorrogables a 800 Millones € si existe dotación presupuestaria para los objetivos del programa. Las subvenciones por la compra de un vehículo son:

  • Eléctrico o Pila de Hidrógeno: 7.000€ con achatarramiento y 4.000€ sin achatarramiento
  •  Híbridos Enchufables con autonomía entre 30 y 90 km: 5.000€ con achatarramiento y 2.500€ sin achatarramiento.
  • Furgonetas Eléctricas: 9.000€ con achatarramiento y 7.000€ sin achatarramiento.

 

Los autónomos que utilicen el vehículo como medio de trabajo (taxistas, VTC…), las personas con una movilidad reducida o los habitantes de municipios de menos de 5.000 habitantes tendrán una ayuda adicional del 10%.

Para poder optar a estas subvenciones, el precio del vehículo sin IVA no puede superar los 45.000€.

Pinta bien, ¿no? Pues no…

Un informe reciente del Banco de España, sobre la efectividad del Plan Moves II que finalizó en 2021, aclara que en algunas CC.AA. el impacto del Plan de Gobierno para el impulso del coche eléctrico fue del 1%, en otras CC.AA. el impacto fue nulo.

Hay que aclarar que el Plan Moves II, era más modesto con una asignación de 100 Millones €.

Este fracaso deja bien clara una cosa: el que quería un coche eléctrico o híbrido, lo compraba independientemente de la ayuda del Gobierno. Dicho de otra manera, han estado subvencionando un perfil de comprador de forma estéril que hubiese comprado de todas formas esa modalidad de vehículo. Por convicción, por principios y por placer mental. Veremos al final del año que viene si el Plan Moves III ha conseguido estimular y decantar la balanza.

Hasta aquí, todo bien… Volvamos al título del artículo: La Maldición del Coche Eléctrico.

Desde el Gobierno Central Europeo han insistido desde hace tiempo en reducir el consumo de combustibles fósiles y la electrificación del coche. Tienen una “Agenda” y un plan de ataque: son las Normativas de Emisiones EURO.

Actualmente rige la EURO 6, que determina el nivel de emisiones de los vehículos de combustión interna, híbridos e híbridos enchufables y la forma en la que se deben medir las emisiones.

Han ido llegando de forma numérica, cada vez más restringentes y asfixiantes, obligando a los fabricantes de automóviles a invertir más dinero en I+D, a buscar soluciones para contener las emisiones y finalmente apostar por el vehículo eléctrico. La próxima será la EURO 7 que se aplicará el 31 de Diciembre de 2025: El fin de los vehículos diesel y de la mayoría de los de gasolina. Será tan limitante y exigente que únicamente unos pocos fabricantes de vehículos muy exclusivos podrán pasarla.

Sólo las marcas Premium o Luxury se puede plantear tal inversión de capital en unos motores tan eficientes y pasarle la factura a su cliente. Está claro que esto no lo pagará el fabricante, se amortizará en cada vehículo fabricado y encareciendo el producto final. Por poner un ejemplo, nadie pagará 35.000€ por un Seat Ibiza o un Opel Corsa “Supereficientes”. En 2035 tienen previsto prohibir la fabricación de cualquier vehículo de combustión interna.

No sé cómo decir esto sin ser Políticamente Incorrecto… ¿Qué saben los dirigentes Políticos Europeos sobre la Automoción? ¡NADA!

Para ello tienen toda una ristra de asesores que los guían en sus sueños de grandeza. Sueñan con un futuro verde, limpio, aséptico y sin tara. Tienen a una serie de Partidos Políticos Verdes que presionan para la implantación de las medidas ecológicas sin ver con claridad la situación actual.

Un aberrante ejemplo de ello es la intención de cerrar todas las centrales nucleares, porque en su limitada psique, creen que son muy contaminantes y peligrosas. Pues resulta que son las más eficientes de todas, exceptuando las renovables, pero incluso pueden batir a las renovables en precio por KW/h. No toda la necesidad energética de un país se puede sustentar en las fuentes alternativas. ¡Alemania fue cerrando las centrales nucleare y ahora producen electricidad quemando CARBÓN!

Quemando un carbón que sí contamina, es caro de extraer, produce mucho residuo y encarece enormemente la factura de la Luz. Ahora parece ser que se han dado cuenta y están reculando en su “Agenda” para poner nuevamente en marcha las centrales nucleares.

Pues bien, esta misma tontería política se está clonando en el mundo de la automoción. Como dijo Jack el Destripador; vamos por partes…

El vehículo eléctrico contamina menos: Más o menos. El vehículo eléctrico no contamina donde funciona, pero para su producción se ha contaminado varias veces más que para producir un vehículo de combustión. Los materiales que componen las baterías se extraen en varios lugares del mundo, como Sudamérica, África, Asia o Australia, siendo transportados en barcos cargueros con enormes motores Diesel para impulsarlos. Una vez fabricadas las baterías en Europa, Norteamérica, China o Japón se envían en barcos cargueros con motores Diesel hasta la fábrica de coches. Además, los procesos de producción de baterías consumen mucha energía y contaminan. Un vehículo eléctrico ya he dejado una gran huella de carbono en el Planeta mucho mayor que la de un vehículo a combustión antes de hacer su primer kilómetro.

Recientemente, leí un estudio que comparaba la huella de carbono de un vehículo eléctrico, que cargaba sus baterías en la Red Eléctrica, con un vehículo de gasolina de las mismas características. Dependiendo del vehículo comparado, se puede llegar a necesitar 120.000 km circulando para igualar la huella de carbono del vehículo quemando gasolina con la huella del eléctrico. Es evidente que el vehículo eléctrico es más eficiente y con el tiempo aporta ventajas. Si además cargamos las baterías con nuestro set de placas solares y acumuladores, los números se decantan mucho antes en el tiempo.

Cargamos las baterías con energía Limpia: A no ser que tengamos nuestras propias placas solares y baterías, no tanto. Normalmente utilizamos energía de la Red Eléctrica Nacional. Una parte de ella puede ser energía generada de forma ecológica, pero la mayoría será quemando carbón, gas o biomasa. Como carguemos las baterías de noche, está claro que la fuente no es solar y si además no hace viento, eólica tampoco. Podría ser hidráulica y también Nuclear.

¿Qué hacemos con las Baterías al final de su vida? Este será el segundo mayor reto que tendremos que gestionar a medida que avancemos en la electrificación. Ya os adelanto que nos daremos de bruces con este problema, será un tortazo en toda la cara y por sorpresa. Un vehículo eléctrico de segunda mano con varios años y una batería gastada no tiene valor de mercado, habrá que calcular lo que vale la sustitución de la batería para hacer atractivo nuestro vehículo de ocasión. Es verdad que con el tiempo las baterías son más eficientes y con un coste menor, por lo que con el tiempo podremos reducir ese impacto. Pero el reciclaje es el tema caliente. No será barato separar los componentes para reciclarlos y la venta exponencial de coches a batería hará que se nos acumule el trabajo.

¿Puede nuestra Red Eléctrica soportar un parque automóvil electrificado? Ahora mismo no. Basta con imaginarse todos los vehículos que están estacionados en la calle una noche cualquiera. Si todos esos vehículos fuesen eléctricos y tuvieran que estar enchufados, ni tendríamos puestos de carga suficientes ni tampoco un aporte de energía equivalente. España es un país deficitario eléctricamente, compramos electricidad a nuestro vecino francés (energía nuclear económica) y ahora mismo no podríamos suplir la demanda. Está claro que el cambio a vehículo eléctrico será paulatino, pero no podrá ser con la “Agenda” que nos marcan desde Europa.

Aquí está el meollo de la cuestión. El sueño verde de nuestros políticos no es factible, no es viable, es una quimera y no tiene fundamento práctico. Es deseable pero no tiene lógica.

La maldición del coche eléctrico, es la nube futurista que se ha creado en los despachos del Gobierno Central Europeo, pero no se podrá ejecutar. Un pequeño país como Dinamarca, con menos de 6 millones de habitantes, con mucha conciencia ecológica y que pronto tendrá el 100% de su necesidad energética cubierta por la energía eólica, puede ser un lugar donde se logre este sueño. Los demás países seguiremos soñando.

La Agenda 2035 no se cumplirá en 2035 y no sabemos lo que tardaremos en ponerla en práctica, pero mientras tanto, la Maldición del Coche eléctrico seguirá colgando sobre nuestras conciencias mientras caminamos a un futuro mejor.

La maldición del coche eléctrico