Este verano, como muchos otros, nos encontramos con un panorama turístico lleno de contrastes. Las buenas noticias están vinculadas a los indicadores cuantitativos: el impacto económico, la generación de empleo y el impulso de nuestra principal industria, el #turismo. Sin embargo, las noticias menos alentadoras se relacionan con aspectos cualitativos, que reflejan una falta de planificación y gestión a medio y largo plazo en muchos destinos, lo que acaba afectando negativamente el #bienestar de las comunidades locales.
Durante estos 10 días de vacaciones, viviendo en primera persona la experiencia del turismo masivo, no puedo evitar reflexionar sobre el estado actual del sector. Hubo un tiempo en que la apertura de un hotel, un restaurante o un bloque de apartamentos era sinónimo de desarrollo y crecimiento económico para una región. Hoy, sin embargo, el contexto ha cambiado, y no solo debido a los efectos del cambio climático. La situación requiere una visión renovada y una estrategia más sofisticada.
Nuestro compromiso desde la CEOE es claro: abogamos por un turismo que sea socialmente equilibrado, ambientalmente sostenible y económicamente viable. Hemos expuesto nuestras propuestas en numerosos artículos y seguiremos haciéndolo.
El primer pilar es la colaboración pública-pública, es decir, una coordinación interadministrativa eficaz que aproveche la transferencia de competencias en España. Es imperativo adoptar una estrategia 360º, sin fronteras físicas ni competenciales, para tomar decisiones acertadas y evitar los errores del pasado.
El segundo eje es la reflexión constructiva. Ya conocemos el diagnóstico y las evidencias nos señalan la necesidad de revisar la normativa existente. Es probable que sea necesario simplificar el marco regulatorio actual para adaptarlo a las realidades del ecosistema turístico contemporáneo. Además, el urbanismo, que es la raíz de muchos de nuestros problemas, también requiere una revisión. El consumo de territorio ha cambiado desde los años 60, y debemos ajustar nuestras estrategias de desarrollo territorial en consecuencia.
La tercera cuestión crucial es la inversión. Necesitamos invertir en capital humano, en mejorar la productividad, en tecnología, en la gestión y en la actualización de destinos, evitando el deterioro de nuestros espacios turísticos debido a su uso intensivo. La reconversión de destinos turísticos, de la que ya hablábamos en 2006, cuando impulsamos las 101propuestas para la playa de Palma en Mallorca . Hoy, siguen siendo relevantes en casi todos los destinos españoles.
En resumen, los empresarios son parte de la solución. Sus inversiones y el compromiso con estrategias que minimicen externalidades y promuevan un legado positivo son un claro ejemplo de su contribución.
Estas vacaciones me han permitido reconectar con la experiencia del turista, del viajero y del visitante y confirmar la relevancia de nuestras propuestas en materia turística desde la CEOE .
Con energías renovadas, ratificamos nuestro compromiso con el sector, abogando por un turismo sostenible, innovador y competitivo. Seguimos trabajando para que nuestras empresas continúen siendo líderes globales, adaptándose a las nuevas tendencias y necesidades de residentes, viajeros y turistas.
El turismo es un motor de desarrollo, y desde la CEOE continuamos impulsando iniciativas que lo posicionen como un pilar estratégico para la economía española.