lunes. 06.05.2024

‘Friketa’ Thunberg

Supongo que a estas alturas la célebre niña no necesita más presentación. En los últimos días vivimos pendientes de las peripecias de la joven Greta Thunberg, la niña ecologista que, como el Mesías, ha de llegar de allende los mares a sacudir nuestras conciencias para que abandonemos las bolsas de plástico, dejemos en el garaje nuestros coches o, mejor, los cambiemos por eléctricos.

 

Ella seguramente no se dará cuenta y será sincera en sus denodados esfuerzos, pero ¿nadie más se ha dado cuenta de que esta chica se ha convertido en el -un tanto friki- producto de marketing de determinados colectivos (que dicen ser) ecologistas?

 

En un momento en el que nos acercamos sin remisión al punto de no retorno para el planeta, en un momento de gravísima crisis ambiental, los protagonistas de la cumbre del clima no son Trump, Merkel, Macron o Abe (que ni se molestan en pasarse por Madrid, dicho sea de paso), no. Estamos en vilo por si Greta sale en una foto en un sillón forrado en piel o si la joven surcará a tiempo el Atlántico en su ecológico barquito de papel (por cierto, todos tranquilos, el catamarán de Greta llegó este martes por la mañana a Lisboa y ahora se dirigirá, supongo que en bici, a Madrid) o si la comida que le sirven está puesta sobre un plato biodegradable o no. Por cierto, si mi hija de catorce años me dice que va a cruzar el Atlántico en catamarán, la mando a la cama sin postre y castigada el fin de semana. Pero parece que, en vez de eso, los padres de la pobre Greta se han dado cuenta de que tienen en casa a la gallina de los huevos (ecológicos, faltaría más) de oro.

 

No seré yo quien le reste un ápice de mérito a la célebre y valiente activista sueca, que por lo demás hace una fantástica labor denunciando la dejadez de los gobiernos en materia medioambiental. Sin embargo, en una cumbre del clima como la que se celebra estos días en Madrid, la protagonista no debería ser ella. Deberían ser los grandes líderes mundiales. Sus argumentos, sus propuestas y sus alternativas para salvar a un mundo que estamos matando entre todos.

‘Friketa’ Thunberg