viernes. 26.04.2024
Estos dispositivos de impresión son tremendamente populares gracias a la velocidad con la que son capaces de imprimir documentos e imágenes, y la calidad general de sus impresiones en todo tipo de formatos. Sin embargo, para el consumidor medio todavía pueden existir dudas acerca del funcionamiento de las impresoras láser y de qué diferencia realmente los modelos láser de otros dispositivos de impresión. Los expertos del sector analizan los principales puntos clave que hacen despuntar a las impresoras láser sobre otras alternativas del mercado y arrojan luz sobre las principales cuestiones que todavía giran en torno a ellas.

 

¿Cómo funciona una impresora láser?

Como su propio nombre indica, las impresoras láser funcionan con un láser que utiliza los impulsos eléctricos para funcionar. Todo comienza con el proceso de grabación de la tinta. La imagen queda grabada en un tambor que queda impregnado de la tinta que se encuentra en el depósito del tóner. A continuación, se transfiere al papel mediante un proceso que utiliza el calor y la presión. Esa combinación permite conseguir impresiones de muy alta calidad en poco tiempo, mejorando el rendimiento de la impresora en comparación con otros modelos del mercado.

 

“Todo este proceso parece sencillo explicado así, pero en realidad comprende un cúmulo de órdenes complejas y procedimientos que tienen lugar en las entrañas de la impresora que deben cumplirse a rajatabla para poder obtener esa impresión de calidad que se busca”, comentan los expertos.

 

El primero de esos procesos sería la gestión de las órdenes de impresión. Es la propia impresora la que recibe la orden de un dispositivo externo (un ordenador, smartphone o tableta, principalmente) para comenzar a almacenar los datos que debe plasmar sobre el papel. Esto se consigue gracias a la memoria interna que hoy en día tienen las impresoras, mucho más amplia que en los modelos de antaño, cuando esas órdenes se ejecutaban con más lentitud y de manera mucho menos eficiente.

 

Cuando la orden es recibida, entra en juego el mecanismo electromagnético de la impresora. “Este se encarga de arreglar la hoja teniendo en cuenta la información que le ha llegado del dispositivo, adecuando la impresión a las especificaciones del usuario”, comentan los profesionales.

 

A continuación, el cilindro fotoconductor se carga con electricidad estática gracias a un rodillo externo y el láser incide en el cilindro sobre determinadas partes. Esas partes no serán impresas y sirven para establecer los márgenes de la impresión. Por ejemplo, las secciones en blanco de los márgenes o los espacios entre párrafos. Los iones marcarán los límites de la impresión.

 

Esos puntos permitirán que la tinta, cargada con electricidad, se adhiera exclusivamente a las zonas ionizadas. La tinta no quedará adherida a las zonas fuera de los puntos ionizados.

 

Durante la imprimación, la tinta llega al papel cuando este se desliza entre el rodillo y el cilindro fotoconductor, que tiene una carga contraria que permite que la tinta se atraiga antes a la hoja. En el proceso de adherencia, la tinta que se coloca sobre el papel debe ser tratada con el fusor instantáneo. “Se trata de un calentador cerámico que permite fundir la tinta y que ha sido diseñado para emplear la presión necesaria para que la tinta quede fijada al papel”, explican desde a4toner.com. “Gracias a ese proceso de atracción y adherencia casi instantánea se consigue una impresión muy rápida y de calidad”, añaden.

 

Motivos para utilizar una impresora láser

 

Entre los profesionales del sector, el uso de impresoras láser está altamente recomendado tanto para particulares como para un uso profesional. La calidad de sus trabajos, el consumo eficiente que propicia y el hecho de que los fallos y errores durante la impresión se reducen en comparación con otros sistemas de impresión automatizada, hace que las impresoras láser sean la mejor opción para obtener trabajos de calidad en tiempo récord.

 

“Invertir en un dispositivo de impresión suele ser necesario cuando se necesitan obtener copias físicas de documentos digitalizados, y en ocasiones supone un sacrificio, en función del modelo elegido y de las prestaciones que ofrezca”, explican.

 

“Sin embargo, esa inversión es fácilmente amortizable por dos razones: por uno, una impresora láser cuenta con un ciclo de vida útil muy amplio, trabajando a pleno rendimiento durante años”, comentan desde A4TONER.

 

“Por otro, es posible optar por una alternativa más económica y sostenible para reponer los cartuchos de tinta y tóner, mitigando el coste de las reposiciones y ampliando el número de copias obtenidas con un solo depósito de tinta”, añaden.

 

A4TONER es, precisamente, una de las firmas mejor posicionadas dentro del sector de la venta y distribución de recambios de tinta y tóner compatibles. Su excelente relación calidad – precio permite obtener cartuchos de tinta y depósitos de tóner para casi cualquier impresora del mercado, con un índice de compatibilidad muy elevado y proporcionando una alternativa eficaz y económica a todos aquellos usuarios que se decanten por esta alternativa, que cada vez goza de más adeptos gracias a los excelentes resultados que ofrecen.

 

¿Cómo funcionan las impresoras láser?