martes. 16.04.2024

El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves subir los tipos de interés en la zona del euro medio punto porcentual, hasta el 3%, lo que encarece por quinta vez consecutiva el precio del dinero y acaba afectando, de una u otra manera, a la economía real y al conjunto de la población.

La primera consecuencia es que, si el dinero cuesta más, el BCE aplicará un interés mayor que en el pasado a los bancos de la zona del euro que le pidan prestado con el objetivo de dar créditos a familias y empresas. Eso hará inmediatamente que los préstamos se encarezcan y la demanda de crédito se frene.
 

En consecuencia, a las empresas les será más difícil invertir y los particulares tendrán que hacer un esfuerzo mayor para conseguir nueva financiación, ya sean hipotecas o créditos al consumo. Sin embargo, con menor inversión y menor consumo, debería ser más fácil contener la inflación, el principal objetivo del BCE.

La institución, con sede en Fráncfort, busca la estabilidad de precios en la zona del euro, entendiendo ésta como un encarecimiento del coste de la vida cercano, pero por debajo del 2%. La realidad es, que tras la pandemia y los problemas de suministros globales, la inflación se disparó muy por encima de esos niveles.
 

Y precisamente esa inflación disparada es la que ha llevado al BCE a subir, hasta cinco veces, los tipos de interés de referencia, aún sabiendo que la inversión empresarial y el consumo de las familias se reducirá y eso supondrá un freno de la economía, lo que puede acabar afectando al conjunto de la población.
 

De ahí la importancia de que las subidas de los tipos de interés en la zona del euro alcancen un nivel adecuado para contener la escalada de precios, sin hundir a las economías en una profunda recesión.
 

Además, los tipos de interés marcan la evolución del euríbor, lo que provoca no sólo que los nuevos préstamos se vayan a pagar más caros, ya sean a tipo fijo como variable, sino que estos últimos suscritos en el pasado y sujetos a revisión se actualizarán al alza, elevando la cuota mensual de muchas familias.
 

Pero el impacto (negativo) del alza de los tipos va más allá de las empresas y familias, pues afecta al propio Estado, cuyo coste de financiación también aumenta y con ello la factura del pago de intereses de la deuda, clave para mantener el estado del bienestar.
 

Ante esta realidad cobra relevancia el control del déficit público y la consolidación fiscal.
 

Con el precio del dinero en el 3% y con una retirada gradual del BCE como uno de los principales compradores de deuda pública, el Tesoro tendrá que ofrecer mayores intereses a los inversores para emitir su deuda, ya sean letras, bonos u obligaciones.
 

Y es aquí donde aparecen los ahorradores, los grandes beneficiados de la subida de tipos, que pueden obtener un mayor retorno invirtiendo su dinero en renta fija o, en teoría, si lo dejan depositado en el banco, aunque hasta el momento la remuneración del pasivo no ha empezado a crecer de forma generalizada. 

¿Cómo afecta a la población la subida hasta el 3% de los tipos de interés?