El primer trimestre del año ha sido el de la incertidumbre, por la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la ralentización de la economía mundial y las dudas sobre cómo terminará el "brexit", además de la evolución de la política monetaria en Estados Unidos y Europa, con dudas sobre la intensidad de la subida de tipos al otro lado del Atlántico y sobre el ritmo de normalización en la UE.
De los seis grandes bancos españoles sólo uno, Bankinter, que es el de menor tamaño, batió entre enero y marzo sus resultados del mismo periodo del año anterior, aunque por los pelos: ganó 145 millones de euros, el 1,4% más.
La entidad que preside María Dolores Dancausa mantiene su objetivo de alcanzar beneficios récords en 2019, y ha descartado que vaya participar en procesos de fusión: "No pensamos comprar ni fusionarnos con nadie", aseguró la propia Dancausa durante la presentación de las cuentas del trimestre.
Para el resto de entidades, el primer trimestre del año ha traído menos beneficios que el año anterior.
El Santander, el de mayor tamaño, obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.840 millones de euros, un 10% menos que en el mismo periodo del año anterior, debido a un cargo neto de 108 millones por la venta de activos y los costes de reestructuraciones.
Dicho cargo, ha explicado hoy el banco, incluye 150 millones de plusvalías obtenidas por la venta de la participación del 51 % de Prisma en Argentina, y 180 millones euros de pérdidas derivadas de la venta de una cartera de inmuebles residenciales en España, más un cargo de 78 millones por los costes de reestructuración en Reino Unido y Polonia.
El BBVA logró entre enero y marzo un beneficio neto de 1.164 millones de euros, un 9,8 % menos que un año antes, debido a que tuvo que hacer más saneamientos en Turquía y en EEUU y a las mayores provisiones dotadas por el deterioro económico global.
Si se excluyen de la comparativa los resultados de BBVA Chile, que el grupo vendió en julio de 2018, el resultado hubiera sido un 7,7% inferior.
Para Caixabank, la caída del 24% en los beneficios -ha pasado de ganar 704 millones en el primer trimestre de 2018 a 533 millones en el periodo comparable de 2019- obedece a la ausencia de extraordinarios, como los vinculados a la venta de Repsol.
Si no se tiene en cuenta el impacto de estos extraordinarios, puntualiza la entidad, el resultado crecería un 4,3 %; el grupo atribuye el descenso del resultado en el primer trimestre a la reducción de los resultados de entidades valoradas por el método de la participación, al no atribuirse los resultados de Repsol tras el acuerdo de venta (63 millones), y después de la reclasificación contable (76 millones) del angoleño BFA.
Bankia, de la que el Estado aún posee un 61,4%, obtuvo un beneficio neto de 205 millones de euros en el primer trimestre de 2019, el 10,8% menos que un año antes.
La entidad confía en que el nuevo Gobierno mantendrá el compromiso de privatizarla, y explica que el resultado de este primer trimestre recoge el impacto de la aplicación de la nueva norma contable IFRS16 y el menor volumen de ingresos por operaciones financieras, que cayeron un 73,3%.
En cuanto al Sabadell, que prácticamente ha igualado sus resultados del primer trimestre de 2018 -258,3 millones en 2019 frente a 259,3 millones en 2018-, afronta una nueva etapa de crecimiento tras pasar página a los problemas de su filial británica TSB, que descarta vender.
Tras un 2018 marcado por los problemas derivados de la migración tecnológica de TSB, el grupo que preside Josep Oliu ha mejorado un 1,4% su beneficio recurrente, el derivado del negocio bancario, que engloba el margen de intereses y las comisiones netas.