viernes. 03.05.2024

Wild Thing

Hay quien puede ver algo salvaje en la forma de tratar nuestros datos por parte de las compañías. La verdad es que es un dilema al que tenemos que enfrentarnos a diario.

 

Recibimos miles de mails, mensajes que aparecen en nuestro spam... Y nos preguntamos: ¿Dónde habrán conseguido nuestros datos? O lo que es peor ¿Qué van a hacer con ellos?

 

Se han convertido en uno de los pilares más importantes de las compañías y quienes los controlan, tienen el poder.

 

He leído una noticia que me ha dado pie a escribir este post. El título de la misma dice así: “Wizink pagará 3.000 euros a un afectado de las “revolving” por intromisión al honor”. Para quien no lo sepa, una “revolving” no es más que una tarjeta de crédito con pago aplazado. Es decir, vas pagando las compras poco a poco.

 

Vale, ahora que queda aclarado el título del artículo, vamos al meollo. Los bancos disponen de un fichero llamado CIRBE en el que aparecen todas aquellas personas que tengan deudas. Cuando digo deudas me refiero a cualquier tipo de ellas, desde las intencionadas hasta  aquellas que ni sabes que tienes. Basta que recibas alguna notificación de una multa por ejemplo, a un domicilio en el que ya no vives para que ni te enteres de que la debes.

 

¿Qué pasa entonces? Pues que si vas a pedir un préstamo a cualquier banco, antes de “aflojar la mosca”, la entidad consulta ese ficherito y ahí apareces tú, sin comértelo ni bebértelo. Eso significa que no te darán ningún préstamo hasta que no pagues lo que debes.

 

En el caso del artículo al que hago referencia un señor (llamémosle X) había demandado ya en 2018 al banco WiZink por usura: consideraba que los intereses que pagaba por la tarjeta de crédito eran abusivos. Tiempo después fue a pedir un préstamo a otra entidad y no se lo dieron por estar en “la lista negra”.

 

Cuando hay una deuda que se encuentra reclamada en un juzgado, no puede incluirse en ese fichero CIRBE. Os preguntaréis ¿por qué? Bueno pues porque hasta que un juzgado diga si hay o no usura por parte del banco, esa deuda pese a que siga existiendo, no tiene que figurar en ningún fichero.

 

Como veis, una vez que facilitamos información sobre quiénes somos, donde vivimos, etc, perdemos el control de esos datos que pasan a ser manipulados por empresas ajenas a nosotros.

 

Existen leyes que nos protegen pero… ¿Cuántas veces hemos visto ejemplos en los que se ha sobrepasado el límite? Yo diría que unas cuantas.

 

Sin embargo no todo va a ser malo. Un uso adecuado de la cantidad de datos que circulan por ahí (Big Data) puede ayudarnos en muchas tareas, también en la economía.

 

Como lo oís. Un correcto uso de los datos permite entre otras cosas:

  • Predecir el comportamiento de los/las consumidores.
  • Descubrir cuáles son los hábitos de consumo en cada momento y sus cambios.
  • Conocer cómo reaccionan los mercados ante los acontecimientos que sucedan, etc.

 

Todo eso puede ayudar a que las empresas adapten sus productos a las necesidades de sus clientes o a mejorar la gestión de un gobierno, por ejemplo. Ahí es nada…

 

Sin embargo, la mayoría de personas seguimos sintiéndonos indefensas ante ese monstruo salvaje que nos engulle y éste no es otro que nuestros propios DATOS.

 

Wild Thing
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