jueves. 28.03.2024

Hoteles vacacionales: una temporada para recordar

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En líneas generales, el balance del verano 2022 ha sido muy positivo en los principales destinos vacacionales españoles, que han consolidado en 2022 la recuperación de los niveles previos a la pandemia, tanto en ocupación, como en el “mix” de los diferentes mercados y la evolución de tarifa.

Si en el verano de 2021 ya se adivinaban las ganas de recuperar las vacaciones y el ocio tras dos durísimos años de pandemia, ha sido este año cuando nos hemos reencontrado con las grandes cifras de una de las mejores temporadas turísticas de nuestra historia. Siempre basándonos en la evolución observada en los más de 140 hoteles de Meliá Hotels International en España, (aunque sin aportar datos concretos que todavía no podemos ofrecer) las claves de esta memorable temporada serían en mi opinión las siguientes:

.- Diversificación de los mercados de origen: si hablamos de los mercados emisores de nuestros turistas, valoramos muy positivamente la fidelización del cliente nacional, que ha seguido creciendo en prácticamente todos los destinos, con crecimientos especialmente destacables en todas las islas Baleares y Cataluña, junto con el vigoroso retorno del mercado británico, tan importante para nuestros hoteles y destinos. Por su magnitud han destacado también incrementos como el del mercado USA en destinos como Marbella o las Islas Baleares, el de Medio Oriente también en Marbella, superando los niveles de afluencia de 2019, así como el retorno de los mercados nórdico, francés y alemán.

En las Islas Canarias, los mercados internacionales han regresado también con fuerza, destacando Tenerife, con incrementos del 40% o incluso más, de viajeros británicos, alemanes, del Benelux y de Suiza, y muy significativos también en Lanzarote y Fuerteventura.

.- Evolución de la estancia media: pese a las previsiones que alertaban de una reducción progresiva en la duración media de los viajes, los datos parecen afirmar que la estancia media en los hoteles vacacionales se ha mantenido en 2022 (como en Lanzarote o la Costa del Sol y Costa Blanca) o se ha incrementado ligeramente, como en Tenerife, Fuerteventura, y todas las Islas Baleares. Esta tendencia camina de la mano del retorno del turismo familiar, especialmente en destinos como Alicante, Andalucía, Tenerife, Fuerteventura, Menorca y Mallorca.

.- Mayor consumo de lujo y habitaciones superiores y suites, que no sólo se observa en destinos tradicionalmente “premium” como Marbella, sino también de manera creciente en la Costa Blanca, Canarias, y las Islas Baleares, con una alta demanda y muchas ganas de disfrutar y realizar en consonancia, un mayor consumo, mostrando una menor sensibilidad al precio.

.- Tendencia a reservar en el “último minuto”: que se viene observando desde la pandemia y  que no ha impedido el extraordinario crecimiento de un mercado como el británico, extendiéndose incluso en muchos casos a destinos de un alto componente de mercado alemán (tradicionalmente más previsor), como las Islas Canarias. Esta tendencia va alineada con un mayor peso de la compra digital, ya sea mediante canales directos o intermediados, que mantiene el fuerte ritmo de crecimiento que registró en situación de pandemia.

.- Viajes con propósito y anhelo de experiencias auténticas:  el verano 2022 ha consagrado esta tendencia, por la que los clientes esperan disfrutar conociendo y experimentando el “alma”, las raíces y tradiciones del destino, a nivel gastronómico, cultural y lúdico.  Este deseo de vivir experiencias locales con un propósito más claro y más diverso refleja también un turismo más experto y cualitativo, con mayor gasto en el destino. A ello se añade sin duda la preferencia y atractivo ejercido por la sostenibilidad, con clientes que viajan de forma más consciente buscando la autenticidad de los destinos y conectar con las persona y culturas locales, todo ello reduciendo la huella ambiental de sus vacaciones.

Con esta visión del cierre del mes de agosto, la pregunta que todos nos hacemos es si esta recuperación de los niveles previos a la pandemia (aunque con diferencias notables) que hemos observado podrá o no mantenerse en septiembre, donde según nuestras previsiones alcanzaremos una ocupación y resultados similares a los del mismo mes de 2019, completando un tercer trimestre muy positivo.

Destaca una vez más la mejora de la tarifa y sobre todo, de la demanda y el gasto en habitaciones superiores, y el mantenimiento de una compra de “último minuto” que nos sorprende con mejoras en las previsiones semana tras semana. Positivo es también el crecimiento de la clientela internacional, que contrarresta la menor demanda nacional en septiembre, y la constatación de una progresiva reducción del ritmo de cancelaciones, una tendencia vinculada a la incertidumbre que arrastramos desde la pandemia.

Nuestra experiencia nos muestra cómo, tras la debacle que provocó el Covid en la industria turística en 2020 y la irregular evolución de 2021, hemos sabido adaptarnos, incorporando las tendencias y grandes transformaciones sociales impulsadas por la pandemia, y resurgiendo, a pesar de la incertidumbre.  

Y es que, si algo ha demostrado el éxito turístico español en el complejo verano de 2022 es que las fortalezas y atractivos que ofrece nuestro país, junto con la excelencia de nuestras empresas y profesionales turísticos y el esfuerzo compartido con las comunidades y destinos turísticos españoles, componen una fórmula competitiva única y extraordinaria que debemos cuidar y seguir evolucionando, contando con un más que merecido apoyo del sector público. 

Para ello, el sector turístico sigue reclamando un PERTE, o Plan Estratégico de Reconstrucción y Transformación, co-financiado por los Fondos Europeos, y en definitiva, un trato similar al de otros sectores económicos que contribuyen igual o menos que el turismo, al PIB nacional, más que nunca ante las turbulencias actuales, ante las que el turismo se ha vuelto a afianzar como una palanca esencial para la recuperación.

Hoteles vacacionales: una temporada para recordar