jueves. 25.04.2024

Veinte espejos para comprobar nuestro talante

De la casualidad del facilón mercado de demanda a la causalidad del complejo mercado de oferta

En esta reflexión deseamos que el lector ponga toda su inteligencia en el análisis de las 'CAUSAS' tanto externas como internas de los hechos y resultados, sin dejar de creer en las casualidades. Este 'ACTIVO' le aportará un ahorro de tiempo en los procesos de orientación a la fidelización y venta, evitando distraerse en la 'CAZA' estéril de 'CULPABLES EXTERNOS'. Recuerde que en el veloz y competitivo mercado de oferta 'TARDE SIEMPRE ES TARDE'.

 

Cuando vamos al oculista, acostumbra a ponernos a una distancia prudencial frente a una pantalla iluminada con una letra enorme que acertamos a la primera 'LA A'. A continuación nos pone a prueba con otra letra más pequeña en la pantalla, que habitualmente también acertamos con más o menos precisión 'LA B'. Siendo finalmente sustituida por otra más pequeña, que después de varios intentos la vemos, no sin dudas, como la 'C', pero es la 'E'. Gracias a la mejora de nuestra potencia visual, podemos percibir la pequeña diferencia entre la 'E' y la 'C', como existe en las palabras ya comentadas de  'SANATORIO' y 'TANATORIO' y de MARINA y MARTINA, obviamente con significados muy distintos. Si asimilamos la potencia visual a la 'FORMACIÓN', ésta también nos permitirá diferenciar como ya hemos comentado, los detalles que nos conducen al ÉXITO o al  FRACASO.

 

Son muchas las personas que atribuyen las circunstancias de su vida profesional a la casualidad, que sin negarla, porque como somos de los que creemos  que la 'SUERTE' existe, consideramos que ésta nos ayudará mucho más a 'MEJORAR' si ponemos toda nuestra inteligencia, autocrítica positiva y humor en el análisis de 'LAS CAUSALIDADES', analizando el PORQUÉ de cada una de las cosas que nos ocurren y los 'PARA QUÉ' de cada una de las decisiones que tomamos. Obviamente este análisis y su acierto, volverá a depender de nuestra potencia, es decir del nivel de formación en las aptitudes y de las actitudes y especialmente del equilibrio emocional de que hagamos gala en las circunstancias adversas, fruto también de los procesos de formación en los valores que generan relaciones y reacciones positivas.

 

Muchas de las personas que nos consultan sus problemas profesionales no son conscientes de que por su forma de pensar y en consecuencia de actuar, son la principal causa del problema que les preocupa. Desgraciadamente, en una mayoría aplastante de los casos, cuando después de recabar toda la información necesaria, estudiarla y aplicar todos los conocimientos, experiencia e imaginación de que somos capaces, hacemos llegar a los solicitantes de la citada ayuda la mencionada conclusión, la primera reacción es de rechazo hacia las posibles soluciones, porque fundamentalmente pasan por su persona. En definitiva, no es lo que querían escuchar, pasando a continuación a un estado de enfado hacia nosotros por haberles considerado parte del problema, y en consecuencia, de la solución 'querían escuchar casualidades externas y no causalidades internas'.

Veinte espejos para comprobar nuestro talante