La Economía Circular avanza en la comunidad balear. El 76% del aceite industrial usado recogido en Baleares durante el pasado año se destinó a regeneración, el tratamiento que permite convertir el residuo en nuevos lubricantes.
Gracias al residuo regenerado fue posible producir cerca de 1.300 toneladas de nuevos lubricantes, evitando así el consumo de 596.000 barriles de petróleo y la emisión a la atmósfera de más de 1.300 toneladas de CO 2 . El 24% restante del aceite usado se destinó a valorización energética, produciendo un combustible similar al fuel óleo.
El aceite industrial es un producto ampliamente utilizado en diversos ámbitos de nuestra sociedad debido a su versatilidad. Además de su aplicación en los motores de vehículos, se emplea en una gran variedad de procesos industriales y en otras actividades donde se utilizan engranajes y maquinaria de cualquier tipo: desde el pequeño generador de energía de un hotel hasta un aerogenerador en la cima de una colina. Debido a esta diversidad de usos, se generan aceites usados en todos los rincones del territorio.
En 2022, cerca de 2.000 establecimientos baleares de todo tipo generaron 2.637 toneladas brutas de aceites industriales usados (una cantidad que incluye un 3% de impropios, como agua o sedimentos). Más de la mitad de estos establecimientos (1.054) fueron talleres mecánicos (establecimientos multimarca, multiservicios, concesionarios, mecánica rápida, etc.), constituyendo la actividad de mayor generación de este residuo peligroso: el 62% del volumen total recuperado en esta comunidad por SIGAUS, el sistema encargado de gestionar este residuo peligroso en toda España.
El resto del residuo se recogió en sectores muy heterogéneos, como la industria, la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción, y puntos de generación muy diversos, como hospitales, instalaciones militares, campos de golf, centros educativos o puntos limpios, entre otros, que sumaron un total de 765 establecimientos (el 42% del total).
El consumo de lubricantes en actividades económicas tan diversas conlleva que los aceites usados resultantes se generen de manera muy fragmentada y dispersa en el territorio, lo que requiere de una operativa compleja y costosa. Durante el pasado año, a través de la red de gestores que recogen aceites usados, se llevaron a cabo 4.939 recogidas en los 63 municipios baleares en los que se generó este residuo.
Un gran número de recogidas tuvieron lugar en áreas rurales, donde se ubican el 11% (213) de los establecimientos atendidos por SIGAUS. En ellos se recuperaron 301 toneladas de aceites industriales usados. La recuperación del residuo en este entorno es especialmente importante, ya que la mayoría de zonas vulnerables desde el punto de vista medioambiental (como espacios naturales protegidos o humedales) se encuentran en el medio rural.
La transformación de los residuos en nuevos recursos es una de las mejores vías para reducir el consumo de materias primas, esenciales para fabricar todo tipo de productos para una población global en constante crecimiento. Este es el caso del aceite industrial usado, un residuo que, bien gestionado, puede ser valorizado en su totalidad. En su composición mantiene los recursos materiales y energéticos de origen, siendo de gran valor para ser transformado en nuevos productos, o como fuente de energía.
En Illes Balears, el 76% del aceite usado gestionado durante el pasado año fue tratado mediante regeneración, el tratamiento ambientalmente prioritario. El volumen de residuo destinado a este proceso, 2.028 toneladas, permitió la producción de 1.269 toneladas de nuevos lubricantes. Gracias a esta gestión, se evitó el consumo de los más de 596.000 barriles de petróleo que habrían sido necesarios para fabricarlos mediante el refino del petróleo. Además, la regeneración de aceite usado gasta menos energía y emite menos gases de efecto invernadero que la producción de lubricantes de primer refino.