Paula Chacártegui es una joven diseñadora mallorquina que tras graduares en el IED ha trabajado para nombres propios como Marcel Wanders o Martí Guixé. Su labor abarca desde el diseño de productos hasta instalaciones o piezas conceptuales. Aparte de haber expuesto en eventos prestigiosos como la semana del diseño de Milán ha intervenido en proyectos como el Hotel Palma Blanc. Se trata de un caso de éxito que combina juventud, con una mezcla de diseño moderno conjugado con elementos tradicionales. Desde Economiademallorca hablamos con ella de su presente y su visión de este mundo.
-¿Cómo te ha llevado tu carrera desde tu graduación en diseño de producto por el IED Barcelona hasta tu especialización en diseño de lujo y artesanía en la Escuela Cantonal de Arte de Lausana?
-En tercero de carrera nos dieron la oportunidad de escoger la artesanía que más nos gustase, nos pusieron en contacto con el artesano/a asociado y empezamos una colaboración. Yo personalmente me decanté por el vidrio y diseñé junto a Ferran Collado una jarra y un vaso de vidrio soplado de borosilicato bajo el nombre de “Crema"
Aunque desde pequeña ya me atraían las artesanías, no fue hasta este momento en el que supe que quería dedicarme a ello.
Al acabar mis estudios tuve la oportunidad de trabajar para Marcel Wonders, un diseñador Holandés que para aquel entonces tenía su estudio en Amsterdam. Allí acabé profesionalizando mi perfil en el mundo del producto de lujo, y de manera muy orgánica, acabé en el máster de artesanías y sector del lujo en Suiza.
-¿Podrías contarnos un poco sobre tu trayectoria como diseñadora y los diferentes ámbitos en los que has trabajado, desde el objeto hasta el textil?
-Mi trayectoria profesional comenzó en el estudio de Martí Guixe de Barcelona, posteriormente pasé por el estudio de Marcel Wanders en Amsterdam, me especialicé en Lausana y he acabado en mi ciudad natal de Palma de Mallorca trabajando para los estudios de Am29 y Moredesign.
En paralelo a las experiencias profesionales que he tenido en estas ciudades, me he nutrido de cursos de fotografía, joyería, cerámica y vidrio soplado, que para la realización de proyectos como: “Kama”, “MedCollection” o “Crema” fueron imprescindibles.
El mundo del textil lo pude experimentar más adelante en mi trabajo de final de máster “Ígnea”, porque pude investigar más a fondo sobre las telas mallorquinas y su proceso de fabricación.
-Recientemente has culminado el proyecto del HM Palma Blanc con el diseño de interiores am29 en Mallorca, desarrollando productos para el sector hotelero de la isla. ¿Podrías contarnos un poco más sobre tu trabajo allí y cómo combinas el diseño de interiores con el desarrollo de productos?
-Desde el 2020 y hasta ahora he trabajado como diseñadora de producto dentro del estudio de diseño de interiores Am29. En este estudio cuando se ha necesitado un producto específico para el hotel -de diseño propio- se me ha pedido a mí. Y para desarrollar un producto, como por ejemplo una butaca, el proceso pasa desde el primer boceto, a los primeros 3D, renders y planos técnicos que deben aprobarse por el equipo. Una vez el equipo de interiorismo aprueba el diseño, debe aprobarse por la cadena hotelera, y a su vez, el fabricante o artesano/a tiene que verlo viable.
Ahora he dado un giro y estoy trabajando para el estudio de interiorismo y arquitectura de Moredesign, donde en lugar de centrarme en hoteles, me centro en casas particulares. En este contexto, es más fácil crear objetos personalizados para los clientes y los tiempos son más dilatados, cosa que favorece al sector artesanal.
-Has colaborado con varias empresas reconocidas en la industria del diseño, como Alessi, La Prairie y Systemtronic, entre otras. ¿Podrías contarnos un poco más sobre algunas de estas colaboraciones y cómo ha sido trabajar con ellas?
-Cada una de estas colaboraciones ha sido diferente y se ha dado en momentos profesionales muy diferentes también.
Por un lado, gracias a un concurso impulsado por ITMakes, Alessi fue una de las empresas italianas que seleccionó mi trabajo de fin de carrera para ayudarme a profesionalizarlo y exponerlo en Milán y Madrid. Por otro lado, La Prairie fue uno de los clientes que nos proporcionaba el máster de la ECAL y que acabó seleccionando mi propuesta junto a otras 5 finalistas para llevarla a su producción y divulgación en revistas como Wallpaper.
Más adelante, ya adentrada en el sector HORECA, tuve la oportunidad de diseñar unos colgadores para el hotel HM Palma Blanc que fueron producidos por Systemtronic y posteriormente incluidos en su catálogo y expuestos en ferias.
-Has participado en exposiciones y eventos importantes, como Milán Design Week y Museum Arnhem. ¿Podrías compartir con nosotros alguna experiencia destacada en estos eventos y cómo te han ayudado a dar a conocer tu trabajo?
-En el 2018 participé por primera vez en la Milan Design Week con la colección de vasos, jarras y platos “Crema” y “Siesta”. En ese momento empecé a vender mis primeros productos y a conocer a gente muy valiosa.
Evidentemente, la experiencia de exponer en ferias bajo el paraguas de fabricantes es muy dispar a la de exponer en Museos como artista. Para el primer caso, el producto diseñado se encuentra en el panorama comercial y de producción a gran escala, mientras que para el segundo caso, el producto se muestra como pieza única, de carácter personal y con una narrativa detrás como concepto que hace que muchas veces el producto carezca de función porque no la necesita. Me gusta poder formar parte de ambos mundos, porque en este sentido, puedo tener más libertad.
-¿Qué consejo les darías a aquellos jóvenes diseñadores emprendedores que estén empezando?
-Que prueben todo aquello que les inquiete, la curiosidad y la pasión pueden llevar a uno donde quiera, siempre desde la humildad para seguir aprendiendo de los demás y mejorar. Una buena frase que sigo es la de “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando” - Pablo Picasso
