viernes. 29.03.2024

El turismo español ha experimentado una enorme transformación en los últimos 40 años, pasando de ser un sector básicamente vacacional y altamente intermediado a otro en el que se valoran otros atributos como la cultura o la gastronomía y donde el viaje independiente adquiere cada vez más fuerza.

 

Esta transformación ha sido acompañada de un espectacular crecimiento de las llegadas de turistas extranjeros a España que se disparó hasta 81,8 millones en 2017, lo que supone más que triplicar la cifra de 24,6 millones registrada en 1978.

 

Los ingresos por turismo que revierten en España se han multiplicado por 24 en el mismo período, al pasar de 2.500 millones de euros a 60.156 millones en 2017.

 

Durante la década de los años 70, en el sector turístico español tenía un mayor peso la demanda extranjera -intermediada por grandes mayoristas- que la nacional, ha relatado el vicepresidente ejecutivo de la Alianza para la excelencia turística, Exceltur, José Luis Zoreda, con motivo del 40 aniversario de la Constitución Española.

 

Los touroperadores "no solamente nos traían los clientes, sino que eran los verdaderos diseñadores del producto", al que ponían precios y la logística de transporte, con los "famosos" vuelos chárter.

 

Dicho modelo, que surgió en Inglaterra a finales de los 60, para trasladarse posteriormente a Alemania y coger fuerza en la década siguiente, fue el imperante en el sector turístico vacacional español durante su primera oleada de crecimiento.

 

La demanda nacional, en cambio, era muy reducida y estacional, y todavía circunscrita a alojamientos en casas de familiares o amigos. Y, aunque iba creciendo, estaba muy polarizada en ese modelo intermediado, en el que la capacidad del sector de establecer sus propias estrategias y futuro estaba muy limitada y condicionada por las orientaciones del touroperador.

 

En los años 90, se empezó a generar un cambio de modelo con la irrupción de las aerolíneas de bajo coste, que rompen uno de los argumentos fundamentales que aportaba el touroperador: el viaje más económico en vuelo chárter.

 

La llegada de las 'low cost' abrió una nueva oportunidad de volar punto a punto de forma barata a unos clientes que, al haber estado ya, en algunos casos, en el Mallorca de turno diez veces, sabían organizar por su cuenta el resto del paquete vacacional.

 

Lo que terminó de dar "ese empoderamiento progresivo" al cliente es la aparición de internet, con todas las oportunidades que abre de conocer una oferta, acceder a ella, visualizarla y finalmente comprarla.

 

A lo largo de los 90 y principios de este nuevo siglo, el progreso de empoderamiento del cliente es creciente y, sin que eso suponga la eliminación -que no es el caso- del touroperador, va haciendo que este pierda un peso relativo en el modelo turístico español vacacional.

 

En paralelo, la España de las décadas de los 70, 80 y 90, gracias fundamentalmente a la locomotora del turismo en términos de divisas, generación de actividad económica y creación de empleo, hace que el español, poco a poco, vaya mejorando su capacidad de consumo y vaya aspirando a viajar internamente y también externamente.

 

Asimismo, el país se va modernizando y esa España del interior que estaba muy circunscrita en términos turísticos a Madrid, Barcelona y alguna capital andaluza, empieza a coger fuerza porque se regeneran centros históricos y urbanos de las ciudades y se ponen en el mapa circuitos muy potentes como el Camino de Santiago o la España de la cultura y de la gastronomía.

 

Se va invirtiendo en aeropuertos y medios de transporte, entre ellos en el tren de alta velocidad (AVE), hasta que "se tiene en España una logística probablemente en términos de infraestructuras de la mejor de Europa", según Zoreda.

 

Aunque la España del interior, de las ciudades o de la cultura vaya ganado cuota de mercado, todavía a día de hoy la del sol y playa sigue siendo alrededor del 65% de toda la actividad turística del país y también mantienen un peso relativo los touroperadores circunscritos a ella.

 

El viaje independiente muestra una tendencia creciente, gracias a nuevas generaciones de consumidores, desde los 'baby boomer' hasta los millennial, más familiarizados con nuevas tecnologías y con la capacidad de viajar, ya que, entre otros aspectos, han mejorado sus conocimientos de idiomas.

 

De esta forma, el español está empezando a salir más al extranjero y dispone de mayores recursos económicos para poder viajar en puentes y hacer escapadas de fin de semana y no solamente en Semana Santa y las vacaciones de verano que eran los períodos en los que viajaba tradicionalmente.

 

A finales de los 70, un 80% del total de los viajes realizados por los turistas nacionales fueron de más de catorce días de duración.

 

En definitiva, a lo largo de los años, España ha conseguido que el turismo sea actualmente cerca del 12% del producto interior bruto (PIB) -en 1980 se situaba por debajo del 9%- y más de 1,5 millones de empleos a lo largo del país.

 

Los nuevos atributos del sector que son consustanciales con la propia idiosincrasia española -la alegría de vivir, la gastronomía o el saber disfrutar de la vida- van cogiendo forma en nuevas experiencias, que atraen a ciudadanos españoles y extranjeros, y ese es un futuro en el cual "sentimos que el turismo en España a día de hoy no tiene ningún problema de demanda", ha señalado Zoreda.

Del sol y playa a un referente en el turismo mundial