La frase ¿Quién vigila al vigilante? o en latín "Quis custodiet ipsos custodes" es una pregunta que nos hemos hecho a lo largo de la historia y nos seguimos haciendo. Es una metáfora que se utiliza para hablar de la necesidad de control y supervisión en diferentes niveles y que se supervisa por terceras personas.
La primera vez que escuché esta frase, fue en mis inicios en Summum Hotel Group. Mi presidente, el señor Vich, fué quien me la dijo y me ha quedado grabada en la memoria.
Personalmente, me la he tomado como una autorreflexión a la necesidad de ser críticos con nuestras propias acciones y decisiones. Al vigilarnos a nosotros mismos, podemos evitar caer en errores o detectar errores que yo mismo o mi Equipo puede haber cometido.
Pero como todo en la vida, todo tiene dos caras y en ocasiones más...En un sentido más pesimista, la frase puede sugerir una regresión infinita, en la que nunca se llega a un punto final de control. Siempre hay alguien vigilando, lo que puede generar desconfianza, paranoia e inestabilidad. Todo depende de la persona que se sabe vigilada. De su personalidad a trabajar bajo esta presión. Pero también tiene su cara positiva, pues el control y la gestión son funciones esenciales para el éxito de cualquier empresa. Al utilizar herramientas y técnicas de control y gestión efectivas, las empresas pueden alcanzar sus objetivos, mejorar la eficiencia, aumentar la rentabilidad, reducir el riesgo y crear una cultura de mejora continua.
Sentirse vigilado debe de ser un estímulo a nuestra propia mejora de tareas, control y gestión. La responsabilidad de llevar nuestro cometido al éxito, recae en uno mismo. Pero la ayuda inestimable del "vigilante" hace que el resultado final sea el más productivo y rentable para la empresa.
La frase "el vigilante que vigila al vigilante que vigila al vigilante" en el sector empresarial, es un recordatorio de la complejidad del control y la gestión. No hay una respuesta fácil a la pregunta de cómo podemos asegurarnos de que la gestión, por los diferentes departamentos, se utiliza de forma responsable. El día a día se hace cada vez más complejo y precisa de dedicación y concentración al máximo nivel.
Cuando el vigilante actúa de forma didáctica, correctiva y argumentada, el vigilado lo debe de agradecer, pues le ayudará en su crecimiento profesional y a la adquisición de conocimientos.
En resumen, la empresa que tiene "vigilantes" tiene más posibilidades de éxito en forma de beneficio y estabilidad.