El 96% de los consejeros delegados de empresas españolas prevé que se produzca una recesión económica en los próximos doce meses, aunque un 64% cree que será suave y de breve duración, según un informe de KPMG.
Ese porcentaje del 96% es el más alto entre los mercados analizados en el estudio, que arroja un resultado global del 86 %, aunque más encuestados en España consideran que ese frenazo de la economía será de corta duración.
Asimismo, y a pesar de los retos geopolíticos y económicos, la confianza en el crecimiento a medio plazo aumenta y el 72% de los directivos españoles confía en la buena evolución de la economía global en los próximos tres años frente al 60 % de 2021.
También la práctica totalidad, un 98%, prevé que la economía nacional y sus organizaciones crezcan en ese periodo.
El informe añade que un 86% de los encuestados en España señala que una nueva recesión dificultaría la recuperación tras la pandemia y el 22% estima que sus ingresos se verían reducidos en al menos un 10% en ese escenario.
Estas previsiones, continúa el informe, se trasladan al empleo con la mitad de encuestados que asegura haber congelado la contratación en esta coyuntura.
No obstante, a medio plazo las previsiones son optimistas ya que ese 98 % de los consejeros delegados españoles confía en el crecimiento de la economía nacional y en el de sus organizaciones en los próximos tres años.
Asimismo, tres de cada cuatro, un 72%, anticipan que el número de trabajadores de su organización aumentará en ese periodo.
En lo que respecta a las medidas que han adoptado los primeros ejecutivos españoles para afrontar los desafíos inmediatos, un 70% ha redefinido su política de precios para reflejar el incremento de los costes, un 58 % ha impulsado soluciones para aumentar la productividad y un 54% ha relocalizado operaciones, reducido su margen de beneficio o diversificado su cadena de suministro.
El informe se ha hecho con participación de 1.325 consejeros delegados de todo el mundo pertenecientes a empresas con una facturación superior a 500 millones de dólares, 50 de ellos españoles.
