viernes. 26.04.2024

¿Qué piensan de ti? Los 4 tipos de impresiones

¿Alguna vez has pensado en qué impresión estás dando a los demás? Seguro que te pica la curiosidad.

 

En el mundo digital nos encontramos con muchas personas que realmente no nos conocen y se labran una imagen de nosotros a partir del contenido que generamos y de nuestra forma de interactuar. Hagamos un ejercicio.

 

¿Qué es lo último que has compartido? ¿Qué te evoca? Ahora, piensa por un momento que eres un completo desconocido husmeando en tus perfiles. ¿Qué ves? ¿Qué idea te haces de ti mism@?

 

La apariencia lo es todo en las redes sociales. Lo mismo ocurre con las marcas. En mi agencia, en la fase de análisis de una estrategia de marketing digital, consideramos que hay 4 tipos de impresiones antes de impactar en el usuario.

 

1. La que quieres dar. ¿Qué impresión quieres dar? Es importante determinar previamente cuáles son los valores que quieres transmitir a tu marca personal, negocio o comunidad. Son muy bonitas esas listas “copy-paste” que nos encontramos en las webs corporativas con palabras como “compromiso” o “confianza” pero, ¿son la mejor manera de llegar a tu público? Cada target es diferente y entiende las cosas de determinada manera. Lo único en lo que coinciden todos es que, el que sabe despuntar se lleva la palma.

 

2. La que das. Una vez asentadas las bases de lo que se desea transmitir, toca ejecutarlo. Las empresas o profesionales cuentan con departamentos de marketing o equipos externos para ello, encargados de desarrollarlo mediante el branding y la comunicación en general. Ya sea con una propuesta minimalista o masiva, distinguida o cercana, correcta o dramática, se materializa la estrategia a seguir.

 

3. La que reciben. ¿Hemos sabido plasmar nuestra propuesta? El éxito a la hora de reflejar dichos valores dependerá de la precisión de los equipos de desarrollo, así como de la conexión e intercambio de ideas entre la dirección y los encargados de elaborar la estrategia de comunicación. Si se transforma correctamente tendremos la estrategia de marketing digital en la que apuesta la marca, y lo de “la marca” va en negrita.

 

4. La que perciben. No obstante todo lo anterior, existe un cuarto y último factor a tener en cuenta que determinará la impresión final del cliente. Un aspecto que va más allá de la apariencia. Se trata de lo que se lee entre líneas. ¿Qué transmitimos realmente al usuario? La impresión que recibe el cliente puede no ser buena o, simplemente, no la óptima para con tus objetivos. La intencionalidad y otros aspectos sutiles pueden derivar en una respuesta emocional negativa.

 

En muchas ocasiones, la visión de la empresa o marca puede estar contaminada y no ser objetiva. Al igual que la propuesta de marketing puede no ser la más acertada. Esto dependerá de la capacidad que tenga el equipo para empatizar con tu cliente objetivo y desarrollar metodologías que realmente confraternicen con él.

 

Para ello, también necesitamos saber detectar los errores y actuar. Prueba y error; necesitas frotar la polvorienta lámpara para que salga el genio. Todo esto debe de estar secundado por una dirección que no se estanque, se atreva a probar y evolucione junto con la propuesta.

 

De ese modo, a expensas de que cada persona es un mundo y tiene sus propios prejuicios, tenemos que ser capaces de distinguir la opinión de la mayoría. Hay múltiples factores que deben tenerse en cuenta en una estrategia digital. Impactar en el usuario y trascender no es una tarea al alcance de todos.

 

- ¡Vaya! He aparentado soberbia. Craso error.

¿Qué piensan de ti? Los 4 tipos de impresiones