viernes. 19.04.2024

Las empresas son las personas

“Sólo uno de cada seis trabajadores de Baleares recibe formación de sus empresas” titulaba este digital haciéndose eco del último informe de la Fundación Tripartita sobre la formación bonificada por las empresas.

 

Sinceramente, no lo entiendo. Todos sabemos que hay que sembrar para recoger, que los coches pasan la ITV, los edificios la ITE, los deportistas entrenan y cualquier máquina que queramos conservar en óptimas condiciones tiene su programa de mantenimiento. En cambio, las personas, para algunos, no cuentan.

 

¿Alguien duda de que las empresas son las personas? Todas las empresas del IBEX invierten grandes cantidades en formación de su capital humano; sin embargo algunos empresaurios afirman sin rubor: “No quiero formar a mis trabajadores porque después se van” sin darse cuenta de que el problema es no formarles y que se queden.

 

Menos lo entiendo cuando todos los meses, todas las empresas, cotizan a la Seguridad Social un 0,7% de sus nóminas en concepto de formación profesional que pueden recuperar después organizando acciones formativas para sus trabajadores. Dos de cada tres empresas pierden ese dinero.

 

¿Qué pasa?, ¿Es difícil gestionar este tipo de formación? En absoluto. Todo está regulado en la nueva Ley 30/2015 que rige el Sistema de Formación Profesional para el empleo en el ámbito laboral. Las empresas pueden gestionarla por su cuenta o encomendar la organización de la formación a una entidad externa, igual que pueden gestionar sus impuestos directamente o a través de un asesor fiscal.


¿Qué cursos o acciones formativas son bonificables? “Cualquier acción formativa que guarde relación con la actividad desarrollada por la empresa y esté dirigida a la adquisición y mejora de las competencias y cualificaciones profesionales de los trabajadores, y cumpla con los requisitos de duración  (2 horas) y límites de participantes establecidos en la normativa” (25 participantes).

 

Estamos pues ante una situación que escapa de toda lógica: lo pagan y no lo usan, olvidando que la tierra abonada da mejores frutos.

 

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