sábado. 27.04.2024

Cuando Porsche quiso comprar Volkswagen. Parte II

Nos encontramos a finales de los años 90. Porsche sigue siendo esa pequeña y emblemática marca de coches deportivos. Volkswagen ya se ha convertido en el gigante a nivel mundial que es hoy en día, compitiendo con Toyota para el galardón del mayor fabricante de automóviles del mundo mundial.

El Presidente del Consejo de Administración del Grupo Volkswagen era nuestro amigo Ferdinand Piëch, que ya había realizado su periplo de aprendizaje empezando en Porsche, llagando a liderar el departamento de I+D. En 1972 la Familia Porsche-Piëch firmó un acuerdo para que ningún miembro de la familia pudiera dirigir la marca y evitar conflictos familiares. Supongo que habrían tenido alguna que otra discusión en la cena familiar de Navidad. Esto llevó a Piëch a crear su propio despacho de ingeniería para luego llegar a Audi y relanzar la marca a los niveles que conocemos hoy en día.

Acabó dirigiendo el Grupo Volkswagen que ahora mismo engloba marcas como VW, Audi, Seat, Skoda, Lamborghini, Ducati, Bentley, Bugatti, Scania, MAN y que posee 120 plantas de producción en todo el mundo.

Ferdinand Piëch llegó a Porsche cuando se estaba desarrollando el 911, en Audi creó el novedoso Audi Quattro y de Bugatti nació su proyecto estrella llamado Veyron, un hiperdeportivo de 1.001 CV (no es un fallo de impresión, la cifra es correcta) que utilizaba como vehículo para ir a trabajar. Un currículum impresionante.

La pequeña Porsche no estaba pasando por su mejor momento. Contaban en su catálogo únicamente con 3 modelos: 911, 928 y 968. Las ventas iban en descenso y estuvieron muy cerca del cierre. En 1.993 llega a la dirección de Porsche el protagonista de nuestra historia, el bueno de Wendelin Wiedeking.

Ya sé lo que estáis pensando, parecía que Ferdinand Piëch era el protagonista de esta película, pero si bien es uno de los protagonistas, el actor principal y héroe de nuestra historia es el magnífico Wendelin… (Vaya con el nombre que le pusieron).

Wendelin Wiedeking tenía una mente preclara y tuvo bien presente 3 acciones principales para salvar a la querida Porsche.

  1. Unos modelos más asequibles y populares (con el oportuno cabreo de los puristas).
  2. Mejorar los procesos de producción para aumentar la fiabilidad y calidad del producto final.
  3. Comprar acciones de VW.

 

El primer punto se materializó con la llegada del Boxster en 1.996 que popularizó la marca y llenó las lacónicas arcas de Porsche gracias a un volumen de ventas nunca visto en Stuttgart. Este punto se culminó con la llegada en 2.002 del espectacular Cayenne. ¡Esto ya estaba en marcha y a toda máquina!

El segundo punto se realizó con la ayuda de los disciplinados ingenieros traídos de Japón. Wendelin realizó varios viajes a Japón para aprender los procesos y fiabilidad alcanzados allí. Contrató un selecto grupo de ingenieros y los mandó a la fábrica de Stuttgart. En cabeza estaba Chihiro Nakao y cuentas las leyendas que cuando llegaron a la fábrica Chihiro preguntó en voz alta a Wendelin: ¿Dónde está la fábrica?, ¡esto es un almacén! Con mucho esfuerzo de integración se consiguieron los resultados que hoy en día se disfrutan en Porsche.

El tercer punto está claro, con los beneficios obtenidos comprar todas las acciones de VW que me sea posible… ¡Ya tenemos el lío en marcha, agárrense que vienen curvas!

En el año 2.005 Porsche había comprado el 20% de las acciones del Grupo VW.

En el año 2.007 Porsche había comprado el 30% de las acciones del Grupo VW.

En el año 2.008 Porsche había comprado el 43% de las acciones del Grupo VW.

Los analistas de mercado veían con recelo la cantidad de acciones adquiridas por Porsche y decidieron vender en masa porque esperaban una caída en los valores de las acciones.

Recordemos que el Presidente del Grupo VW es el nieto de Ferdinand Porsche, que se marchó de Porsche cuando se vetó a la familia en los puestos directivos y así evitar una guerra interna. Pues la guerra estaba llamando a la puerta.

El 26 de Octubre de 2008, Porsche anuncia la intención de comprar el 75% de las acciones del Grupo VW y adquirir el control total de la compañía. Inmediatamente las acciones de VW se disparan en Bolsa. Los valores no paran de subir. Todos los inversores que habían vendido tuvieron unas pérdidas millonarias.

El rápido incremento en el precio de las acciones de VW creó una gran volatilidad de los mercados que tuvo impacto mundial. El incremento del precio de la acción momentáneamente convirtió el Grupo VW en la mayor empresa del planeta, por delante de ExxonMobil y Apple.

El los años 60, el gobierno alemán creó la llamada Ley Volkswagen, donde el Estado Federal de Baden-Württengerg poseía una participación especial que le daba el poder para vetar cualquier opción de compra por parte de empresas extranjeras. Es lo que se conoce popularmente como una Golden Share o Acción de Oro. Lo que no se esperaban al redactar esta ley es que el ataque vendría desde dentro.

¡Ferdinand Piëch era un volcán en erupción!

Las malas lenguas dicen que Ferdinand utilizó sus contactos para obligar al Estado Federal a poner en juego su Golden Share y así bloquear la compra. Otras lenguas todavía más malas, comentan que el Estado Federal llamó a todas las instituciones bancarias para que cancelaran cualquier línea de crédito con Porsche y así menoscabar su capacidad de financiación para hacer frente al gigante pago de acciones. Las lenguas más malas y pérfidas, corroboran que Ferdinand Piëch pidió la cabeza de nuestro atrevido amigo Wendelin Wiedeking en una bandeja de plata.

El Rey ha hablado, el conjuro se ha ejecutado y el aquelarre ha concluido.

La familia Porsche no tenía opción, debían ejecutar la orden. Esto se había ido de madre.

Durante el tiempo que estuve trabajando en Porsche, especialmente en las muchas jornadas de formación que nos impartían o las visitas a las fábricas de Stuttgart y Leipzig, pude comentar esta magnífica historia con gente muy conocedora de la historia de Porsche. Una vez me aseguraron que la familia Porsche despidió a Wendelin con lágrimas en los ojos.

En 2012 Porsche se integró finalmente al Grupo VW, aunque nunca estuvo realmente fuera de él.

Cuando Porsche quiso comprar Volkswagen. Parte II